Hay personas mayores que durante su juventud disfrutaban yendo en bicicleta, pero que, con el paso de los años, al haber perdido fuerza y movilidad, no han podido seguir con esta actividad. Por este motivo, con el propósito de incluir al colectivo de las personas mayores en esta actividad y que puedan “disfrutar el viento en la cara”, el Ayuntamiento de Cornellà se ha unido a la iniciativa “En Bici Sense Edat”. Para ello, la Fundació per a l'Atenció a Persones Dependents de Cornellà ha firmado un acuerdo con la entidad promotora para el despliegue de este proyecto en la ciudad.
Para llevar a cabo esta iniciativa, el Ayuntamiento ya cuenta con el primer triciclo y una bicicleta eléctrica de apoyo. Por tanto, los paseos se hacen en un triciclo que han adaptado para esta actividad, de forma que va a una velocidad reducida y recorre entornos amables y favorables para la interacción con otras personas en la calle. Además, son un medio ideal para que las personas mayores puedan reencontrarse con los vecinos, comerciantes y habitantes de sus barrios; y cuentan con la posibilidad de que familiares o amigos les acompañen a pasear y puedan, así, compartir la experiencia.
Por lo que respecta a las personas conductoras de los triciclos, estas son personas voluntarias que se apuntan al programa con la motivación de acompañar a las personas mayores. Para ello, se ha creado una red de voluntariado formado para determinar la capacidad de oferta de la que dispondrá el programa, el cual se prevé ofrecer principalmente en residencias, centros de día, centros de atención a personas con problemas de movilidad y personas que individualmente soliciten participar.
Según ha compartido el Ayuntamiento, este proyecto se lleva a cabo con una serie de objetivos marcados. Por un lugar, buscan mejorar la calidad de vida de las personas mayores y personas con discapacidad o diversidad funcional mediante la mejora de su movilidad. En segundo lugar, promocionar el envejecimiento saludable y ofrecer a los ciudadanos una actividad de voluntariado innovadora, saludable y sostenible. En tercer lugar, dar visibilidad al colectivo y hacerlo más partícipe de diversas actividades de la ciudad. Y, por último, crear nuevas relaciones intergeneracionales que puedan garantizar la transmisión de historias y conocimientos de personas mayores a personas jóvenes.
Finalmente, esta se trata de una iniciativa que sigue las líneas del programa internacional Cycling Without Age, que lleva consolidado desde 2012 como una práctica de éxito en 52 países de alrededor del mundo, y más de 2.700 localidades.
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