Motor
Edu Rodríguez | Miércoles 18 de marzo de 2015
El Top 10 le parecía “un sueño imposible”. Subida en su moto, en cambio, no hay imposibles que valgan para esta llobregatina, una de las mejores deportistas de la historia que ha dado el Baix y que se ha convertido en leyenda y mito del Dakar.
Pasión
Laia Sanz, de Corbera de Llobregat, tiene esta pasión por las motos desde que era pequeña. Sin que sus padres supiesen nada, le cogió la Cota 25 a su hermano a los 4 años. Ese despiste de quienes la trajeron al mundo fue el punto de partida de su carrera. Desde entonces la progresión ha sido imparable hasta convertirse en una de las principales referencias del deporte femenino tanto a escala nacional como en la internacional.
En sus inicios compitió contra los chicos, pues la categoría femenina ni existía, por lo que ella en más de una ocasión ha resaltado que se sentía como “un bicho raro”. Compitió por primera vez en Corbera con 6 años en un trial de niños pequeños al que le apuntó su madre. Su primer gran éxito llegó a una edad prematura, con 14 años, en la Seva, y fue su primer campeonato del mundo de trial.
Más adelante, tuvo que dejar los estudios ante la imposibilidad de compaginar la competición con ellos; a Laia le hubiese gustado ser médica.
En la historia del Dakar
Laia Sanz -con una Honda oficial- ha finalizado este año en novena posición el Dakar 2015, logrando, así, la mejor posición de una mujer en toda la historia. De esta forma, superó a la francesa Christine Martin, que finalizó décima en 1981. Desbancada Martin -en lo más alto más de tres décadas-, Laia Sanz pasa a ser una de las leyendas vivas de esta competición que, con el tiempo, se convertirá en mito del motor en general.
La clave de su éxito reside –ha dicho- en “la regularidad, disponer de una gran moto y haber podido entrenar más que otros años”. Además, tal y como exponía a los medios desde América Latina, su carrera había sido “tácticamente perfecta”; y puso especial énfasis en no haber cometido fallos en la navegación. Son algunas de las claves del éxito, pero indudablemente, no pueden ser las únicas. Su carácter, su actitud y su potencial la definen más allá del resto de factores externos.
Y es que, Sanz es ya la número uno en un deporte que, desgraciadamente, sigue considerado para hombres. Ella ha roto los moldes. En una entrevista concedida a Europa Press, de hecho, Laia afirmaba sentirse “un poco pionera”, en el sentido de que antes “siempre era la única chica en las carreras. Ahora cuando veo competiciones de motos para niños en Cataluña, donde hay muchas copas de iniciación, ves a muchas niñas y creo que he ayudado a eso”.
Su referencia de joven, su ídolo, en esta disciplina, siempre fue Jordi Arcarons. Ella tenía, por aquel entonces, 16 años, y él era la referencia española en el Dakar (lo disputó en 16 ocasiones). Tras ocho años retirado, Jordi aceptó acompañarla en su aventura por el desierto en 2010, cuando por primera vez lo corrió. La instruyó, cumpliendo las funciones de mochilero.
Futuro
Con trece títulos de campeona del mundo de trial y tres de enduro, tras haber sido diez veces campeona de Europa de trial y después de haber finalizado en cinco ocasiones campeona del Dakar femenino, Laia Sanz encara el futuro con optimismo y no descarta competir, más adelante, el Dakar sobre las 4 ruedas.
En cuanto a su futuro inmediato con Honda, marca con la que finaliza contrato, Laia afirmó a la Agencia Europa Press que “después de la carrera hablamos con los japoneses y estaban muy contentos, pero aún tenemos que sentarnos a hablar. Está todo bien y supongo que no habrá problema”.
Y respecto a la competición explicó que pretende hacer “el Mundial de Enduro y algún rally, pero aún tenemos que ver el calendario. Quiero hacer una temporada con menos cosas, lo que haga hacerlo bien, tener más tiempo para entrenar y descansar. Preparar el Dakar mejor y con más calma”. III