Salvador Alemany, presidente de Abertis y del Consejo Asesor para la Reactivación Económica de Cataluña (Carec), ha apelado a la administración para que favorezca la capitalización de las empresas mediante incentivos para el dinero que en vez de repartirse en beneficios vaya a engrosar la capacidad de crecimiento y, por lo tanto, de creación de empleo de las empresas.
Alemany, que realizó estas declaraciones durante una conferencia ante más de 60 empresarios y directivos del Fórum Empresarial del Llobregat, calificó este tipo de política de fiscal de “arma muy poderosa que sin embargo la administración tiene mucho miedo a utilizar”, debido a “una visión superortodoxa, pero si se quiere promover empleo y que las empresas crezcan internacionalmente, se debe procurar que sean más grandes”. Una de las vías es incentivar su capitalización, lo que permitiría su redimensionamiento, así como la toma de decisiones respecto a fusiones o colaboración con otras empresas.
Gastos deducibles
El presidente de la Carec puso el ejemplo de que los gastos de los créditos bancarios sí son deducibles para las empresas y en cambio la capitalización no lo es, cuando, asegura, “se podría aplicar un tipo de interés que constituyera un gasto deducible para que las empresas se incentiven a retener en el capital los beneficios no distribuidos, con objeto de haer crecer a la empresa”.
Presentado por el presidente de la patronal AEBALL, Manuel Rosillo, y la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, Alemany desarrolló los contenidos de su libro “Inteligencia empresarial”, donde defiende la diferencia entre hacer negocios y hacer empresa. En el primer caso, no se procuran beneficios sociales sostenibles, como en el segundo. El presidente de Abertis Infraestructuras, ha apelado a la inteligencia a la hora de “hacer empresa”. A la misma que debe aplicarse cualquier empresario o emprendedor que quiera continuar o poner en marcha un proyecto,
Negocios versus empresas
Alemany ha explicado que en los años buenos todo el mundo sabía hacerlo bien, pero que en los tiempos actuales se tiene que saber hacer empresa para que las cosas vayan bien. En su intervención, ha querido destacar la diferencia entre hacer negocio y hacer empresa. Hacer negocio, ha dicho, “es comprar determinada empresa en determinada situación, para hacerla más eficiente y luego vender dicha empresa”. Según Alemany, estas empresas suelen ir de mano en mano, y trabajar a corto plazo, lo cual es totalmente lícito, ha comentado. “Así no se hace Abertis, General Motors o Google, así no se hace empresa”.
El ponente ha incidido en que “este país necesita que hayan empresarios que tengan la visión de hacer empresa y no la de hacer negocio”, ha querido hacer hincapié en que el mundo de la empresa y del deporte se parecen y que en ambos mundos se debe estar atento, superando sobretodo el miedo a perder, asumiendo la responsabilidad e intentándose adelantar a la siguiente jugada, para estar siempre preparado.
La importancia del proyecto
Durante su intervención, Alemany ha desglosado su visión de “hacer empresa” en varios conceptos, ha destacado primero el de la inteligencia empresarial, donde ha comentado que un emprendedor o empresario tiene que utilizar su propia inteligencia. Luego ha destacado el concepto de proyecto, donde ha comentado que se tiene que conseguir un modelo de desarrollo para que sea útil. En una empresa consolidada el empresario tiene que saber conservarla y defenderla, tiene que saber visualizarla y adaptarla a la sociedad actual, es decir, se tiene que tener una visión de futuro o largo plazo.
El siguiente concepto ha sido el de la gestión del riesgo, donde ha querido destacar que los dos grandes riesgos son pararse o pasarse. “Tiene que haber cierta capacidad para asumir esos riesgos pero no dejar que la decisión se eternice, tiene que haber un tiempo para pensar y se tiene que acabar decidiendo, y después, tratar de mejorar la decisión”.
Por otro lado ha comentado, que otra de las cosas que necesita un empresa es tener un norte, además de tener un objeto social, se debe tener un ranking y una misión o visión. “Y a este norte siempre se debe de avanzar con unos márgenes claros y estos serán los que te marcarán el camino y evitaran hacerte cometer errores”. En el caso que estos márgenes no dejen continuar se deben alterar, pero jamás romperlos, ya que “los que han roto estos márgenes, han acabado desapareciendo del camino”. Por eso “la capacidad de reacción es muy importante, más incluso que la planificación”. Es decir, según Alemany, hay que ser siempre emprendedor para ser empresario.
Vientos favorables
Ha querido destacar textualmente un dicho de Schopenhauer: “No hay ningún viento favorable para alguien que no sabe dónde se dirige”. También ha destacado la importancia del talento y del liderazgo. “El líder óptimo sabe escuchar y rodearse de personas a las que valga la pena escuchar, pero toma las decisiones solo, y después trata de convencer al equipo”. Así, resume el liderazgo en “responsabilidad, competencia reconocida y solidaridad” tanto con la empresa, como con los objetivos, y con los trabajadores. Como ha comentado la misión del barco es diferente pero hay que saber mover bien a la tripulación y eso se consigue si el liderazgo es bueno.
Para acabar, Salvador Alemany ha hablado de ética empresarial. Alemany entiende la responsabilidad social empresarial como más observable en el modo de trabajar y hacer el beneficio, que en la contribución económica a ONG’S, por ejemplo, valorando sobretodo “el cumplir con los compromisos” y la “transparencia”.