Dayana García Blas | Martes 21 de abril de 2015
Las compañías Agbar, Gas Natural Fenosa y Endesa se han comprometido con la pobreza energética y han dado un primer paso. Ayuntamientos como El Prat o Esplugues están llevando a cabo iniciativas que ya son un ejemplo para economizar el consumo energético
Parte de los esfuerzos públicos y privados se han concentrado al final de la crisis en mejorar los niveles de pobreza energética con el objetivo de que todos los ciudadanos dispongan de electricidad, agua y gas, derechos básicos de la vida. Ángel Simón, presidente de Aguas de Barcelona (Agbar), reconoció en Cornellà durante la reciente celebración del Día Mundial del Agua, el compromiso de la Fundación Agbar con las más de 9.000 familias que han sido amparadas con “30.000 ayudas”, procedentes de un fondo solidario con esa finalidad por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Iniciativa pública
La AMB ha contribuido a la lucha por evitar la situación de vulnerabilidad que sufren muchas personas sin recursos económicos. Para ello, en diciembre del 2014 esa institución supramunicipal a la que pertenecen la mayoría de municipios de la comarca, junto con L’Hospitalet, creó un fondo con más de 5 millones de euros destinados a hogares marginados energéticamente para que no les cortaran el acceso a las primeras necesidades de suministro para una vida digna.
El denominado Programa Metropolitano de medidas contra la pobreza energética busca acordar con las administraciones municipales, empresas de agua y de electricidad e instituciones sociales un plan que acoja a los más necesitados para que puedan informarse sobre las facturas, las tarifas, las posibilidades que ofrecen los sistemas públicos y los servicios, así como estudios sobre eficiencia energética en las casas y medidas de rehabilitación de edificios. Tres de las principales empresas suministradoras de agua, gas y electricidad forman parte de este proyecto. Se trata de Agbar, Gas Natural Fenosa y Endesa, que cubren casi el 90% de los consumos de las poblaciones metropolitanas. A pesar de que el programa es de difícil gestión ciudadana, “todos han manifestado su predisposición por dar soluciones inmediatas” y permitir que el ciclo económico funcione para que exista rotación, según estiman desde la AMB.
Contra los cortes indiscriminados
Otra de las iniciativas que aprobó la Generalitat en julio del 2014, titulada Mesa de la pobreza energética ha promovido, desde su creación, que Cataluña y todos sus municipios “garanticen la luz y el agua a las familias más vulnerables”. Pero parece ser que la realidad es que más de 320.000 familias no tienen agua, ni luz, ni gas. Según informan ecologistas en acción. Por ejemplo, Carme y Rafael no tienen luz porque Endesa les cortó el suministro debido a impagos. El matrimonio tiene a su cargo un hijo con discapacidad psíquica del 68%, Miguel, y una hija, Tamara.
Alianza contra la Pobreza Energética denuncia que en el siglo XXI no se ponga en práctica el compromiso con el ciudadano sobre el derecho al suministro a las primeras necesidades y que no se produzcan más “cortes indiscriminados”.
El Prat y Esplugues, ejemplos
El Prat pretende economizar el consumo energético hasta un 40% reduciendo el pago entre 100 y 250 euros anuales. El plan “piloto” del Ayuntamiento busca aconsejar a las familias en el ahorro energético y otras alternativas. El programa se llevará a cabo con la participación de dos técnicos que desarrollarán un informe sobre el gasto de energía actual, los dispositivos eléctricos, y la potencia energética concertada. Además, con esta prueba, la institución municipal les ayudará a moderar el consumo y aminorar el importe en las facturas a más de 50 familias que viven en una situación precaria.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Esplugues condenará a los bancos que no consignen a alquiler social los 11 de los 37 hogares que tienen desocupados en el municipio y que son propiedad de las entidades financieras. También, la administración pública de la localidad, junto con Cáritas, ha donado más de 175.000 euros contra la pobreza energética y la conservación de edificios y casas.
Temible cambio climático
La ex primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, ha alertado durante el Día Mundial del Agua que el cambio climático es un grave problema para la sostenibilidad del planeta, ya que afecta al calentamiento global y, sobre todo, a los más pobres porque daña la producción agrícola, el agua, la naturaleza y a los habitantes.
La ex directora general de la OMS también remarca que “en el año 2030 el mundo necesitará al menos un 50% más de alimentos, un 45% más de energía y un 30% más de agua”. III