Edu Rodríguez | Miércoles 22 de abril de 2015
La coordinación y el trabajo conjunto entre los centros docentes y las empresas hace que la formación dual represente una vía más efectiva para la inserción laboral
La Formación Profesional Dual consiste en que la empresa incorpore alumnos como becarios o aprendices para que se formen participando en actividades productivas de acuerdo a un plan previamente acordado con el centro docente. Estas actividades tienen un reconocimiento académico. El alumno dispone de un contrato laboral o de una beca de formación retribuida. La durada aproximada es de un año”. Así lo explicó Ángeles Romero, coordinadora de la FP Dual, en el vídeo de presentación del instituto ‘El Calamot’ de Gavà, que tuvo lugar recientemente en el Citilab de Cornellà, en el marco de la Jornada FP Dual en el Baix Llobregat.
Sin lugar a dudas, impulsar la FP Dual tiene que ser uno de los principales objetivos de la comarca de cara al futuro; en otras palabras, fomentar la empleabilidad de los jóvenes y facilitarles el acceso al mercado laboral. Y es que, con la FP Dual todos los actores acaban implicándose en el proceso y, a la vez, todos salen beneficiados.
En primer lugar, la empresa y el centro educativo acuerdan las tareas que el aprendiz realizará durante la estancia. Acto seguido, la empresa acoge al aprendiz y le asigna un lugar de trabajo adecuado. Finalmente, tanto el seguimiento como la valoración del aprendiz se hacen de manera conjunta entre la empresa y el centro docente.
Esto se realiza con dos objetivos principales: mejorar las relaciones entre empresas y centros docentes, y facilitar el acceso de los estudiantes al sector en el que están interesados para que, consecuentemente, lo conozcan con mayor profundidad. Las principales características de esta modalidad, según el portal educaweb.cat son los siguientes: existe un mínimo de un 33% de horas de formación en la empresa; la formación teórica y la práctica se realizan en alternancia; hay una retribución económica y se le da – al estudiante – el alta en la seguridad social, y la duración de los estudios puede ser de tres años en vez de dos.
Las ventajas
Según la página web de enseñanza de la Generalitat, el alumno sale ganando dado que compagina la formación en el centro y en una empresa del sector con un contrato o beca; desarrolla el potencial profesional; aprende en situaciones reales de trabajo; adquiere experiencia profesional, y mejora la empleabilidad. “Una de las ventajas es que, mientras que cuando estás cursando todo te lo enseñan muy general, cuando haces la Dual la empresa te enseña lo que ellos quieren que sepas, que es muy específico, y así aprendes tanto tú como la empresa”, dice José Calderón, estudiante de Administración de Sistemas y Redes. Por su parte, Miquel Martí, estudiante de Desarrollo Web, resalta que “a diferencia de las prácticas, se hacen más horas y además se cobra, por lo que las trabajas bien”. En este sentido, Javier Peñarrubia explica que “además, puedes asegurarte el puesto de trabajo. Si rindes con la empresa, esta puede acabar contando contigo como si fueras un miembro más de la plantilla. Y eso es positivo tanto para la empresa, que se enriquece con más trabajadores, como para ti mismo, ya que acabas trabajando sin haber si quiera puesto un currículo”. El centro debido a que establece una mayor vinculación con las empresas en el proceso formativo de los alumnos gana un papel mucho más importante en el proceso ocupacional, así como en su especialización, estando siempre en contacto con un contexto real de trabajo. Finalmente, la empresa sale beneficiada en el sentido de que recupera el modelo de aprendiz, garantizando una formación profesional que mejore la cualificación y el desarrollo personal de los jóvenes, y dispone de personal cualificado adaptado a sus necesidades y formado en sus procesos y cultura empresarial.
Entre los distintos centros que aplican este sistema El Calamot (Gavà) es un ejemplo. “Este es un centro que escolariza alumnos de la ESO, Bachillerato y del Ciclo Formativo de mantenimiento industrial, de informática y de gestión y comercio. Cuenta con unos 950 alumnos y otros 85 profesores. Originariamente, El Calamot era un instituto de Formación Profesional; nosotros – como equipo – tenemos una visión muy cercana sobre la FP. Uno de los puntos clave de nuestro centro siempre ha sido hacer todo tipo de alianzas, incluido el sector profesional e industrial, con el entorno”, explica Juan José García, director del instituto El Calamot.
Es incuestionable que este modelo está al alza. De hecho, se estima que el año que viene, en Catalunya, se lleguen a tener unos 5.000 alumnos que cursen esta modalidad de Formación Profesional Dual, lo que representaría un incremento del 35% respecto al actual curso. Y esta nueva senda educativa, el Baix Llobregat debe también abrir camino. III