Olga Puertas Balcell | Viernes 15 de mayo de 2015
Muy avergonzado con su largo silencio, Julius Anicetus, un liberto ceramista que ya en el S. I a.C. logró colocar su cerámica en Roma desde Sant Boi, ha decidido hablar de cara los comicios del 24 de mayo de 2015.
Observa que sus termas penan en el abandono y la falta de utilidad y visitas. Él que fue esclavo, sabe que 36 años de ediles socialistas es un tiempo excesivo y que se aproxima ya a los 39 años del dictador Franco. ¿Por qué tanto tiempo sin airear el consistorio sanboyano…? Los ciudadanos saben que el Ateneo en ruinas es más que un símbolo, primero fue una decadencia consentida; luego se compró muy cerca de las Termas y del Ayuntamiento pero sin darle uso para todos. Muchos alcaldes y alcaldesas pero la ciudad excede en parados sin iniciativas, como sí lo fue su productivo taller de cerámica exportada.
¿Qué pasa pues…? Julio Aniceto, sabe que al compararse con otros lugares, los sanboyanos pagan más tributos que sus vecinos. Que su ineficaz y arrogante casta técnico-política devora el presupuesto con glotonería. Al acabar el dinero germano y la fiebre constructora de feos edificios, Julio Aniceto añora y recomienda la sobriedad romana de los antiguos sanboyanos.
El dinero tributado debe cundir para remover una ciudad adormilada y aislada con accesos y trampas del estilo túnel Gater que 40 años después sigue como la dejaron los prebostes franquistas, cobrándose sacrificios humanos. Los pretores de diferente uniforme deberían patrullar muy juntos y reducir delitos. Julio Aniceto, abomina del “panem et circus”, rock gratis y subsidios a los que no respetan los derechos humanos. Prefiere usar los dineros para cosas tangibles que necesitan mejora: los semáforos.
Muy agitado, recomienda votar a los que no tienen el poder y que no estén cogidos por los intereses creados durante dos generaciones. Julio Aniceto, esclavo un tiempo, después liberto, sabe el precio de la libertad y que nada es gratis, por ello recomienda votar desde ultratumba a Ciudadanos. III