Lejos de irse de vacaciones, los trabajadores se plantaron en agosto en la fábrica para impedir el traslado de las líneas de producción con turnos de guardia de día y de noche lo que permitió retrasar una semana dicho traslado. Ya en septiembre, las protestas continuaron con concentraciones en las plantas de Seat y Nissan hasta acabar en la plaza Sant Jaume de Barcelona.
Pese a la mediación de la Generalitat, que calificó la deslocalización de “injustificable” a través del Departament de Empresa i Ocupació, ahora mismo el traslado para inminente. La gran mayoría de empleados que se tendrán que ir a Aragón son operarios mientras que 43 empleados seguirán en Barcelona para tareas de I+D. Según los sindicatos, el 90% de los empleados está secundado la huelga; precisamente, los trabajadores afectados y una veintena más. III