Detrás de las cámaras, detrás de los ‘flashes’, de la comitiva oficial, este mes, la planta de Seat fue escenario de una estampa que pocas veces se suele dar. Los tres grandes sindicatos (UGT, CCOO y UGT) se concentraron conjuntamente para mostrar su rechazo a la visita que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, realizó el pasado 8 de septiembre a la planta de Martorell. Las tres entidades sindicales criticaron, en un comunicado conjunto, la “utilización política del anuncio de las inversiones en Seat por parte del gobierno del PP, robando el mérito de este hecho al conjunto de los trabajadores/as de Seat”.
Y es que, pese a que el motivo oficial de la visita era el 40 aniversario del Centro Técnico de Seat, lo más destacado fue el anuncio de una inversión de 3.300 millones de euros, noticia que ya se había comunicado en el mes de mayo en el marco del Salón del Automóvil de Barcelona. Tal y como publicó El Llobregat en la edición correspondiente con ‘Futuro prometedor para Seat’, Volkswagen confirmaba la entonces sí nueva inversión de 4.200 millones de euros (entre 2015 y 2019) para la planta de Martorell y para la planta que el grupo alemán tiene en Navarra.
Por otro lado, la visita se dio justo una semana después del encuentro oficial que Mariano Rajoy tuvo con la canciller alemana, Angela Merkel, siendo Seat (dentro de la estructura del Grupo Volkswagen) la primera empresa importante que Rajoy visitaba tras su regreso. Lo mismo ocurrió en diciembre de 2014, cuando el rey de España, Felipe VI, viajó a Alemania para tener un encuentro oficial con el presidente de la República, Joaquim Gauck, y una entrevista con Merkel. Era el 1 de diciembre. El día cinco estaba en Seat.
Contra la complicidad de la dirección de Seat
Por todo esto y en vísperas de unas inminentes elecciones autonómicas clave en Catalunya y ante las generales de diciembre, los tres sindicatos consideraron que la visita tenía una fuerte carga política con la complicidad de la dirección de la empresa que, supuestamente, en agradecimiento por los tan positivos planes PIVE ofreció la planta de Martorell como escenario.
En este sentido, los sindicatos criticaron la actitud tanto de la empresa como de la comitiva oficial, los cuales “impidieron en todo momento cualquier contacto ni diálogo con la representación de los trabajadores/as, lo que demuestra una actitud antidemocrática, llegando a marcharse de Seat a escondidas tras un fuerte dispositivo policial”. Algo que, según UGT, CCOO y CGT no correspondía por el carácter totalmente pacífico de la concentración.
Por lo que se refiere a Rajoy y al Partido Popular, las decenas de trabajadores manifestados criticaron el “legado que deja en estos cuatro años de Gobierno con la reforma laboral más lesiva de la historia de la democracia, los recortes en sanidad, educación y prestaciones públicas; así como la Ley ‘mordaza’ con el objetivo de impedir las movilizaciones y manifestaciones. III