Los lazos comerciales entre China y España se anudan en L’Hospitalet. Jordi Cornet, delegado especial del Gobierno en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), ha regresado de China con dos acuerdos logísticos con la ciudad de Yiwu y el área logística de Shenzhen que suponen convertir nuestro territorio en un nudo de comunicaciones para la “ruta de la seda “del siglo XXI. Ambas colaboraciones facilitan el desembarco de empresas industriales en el polígono de la Zona Franca, así como el transporte de mercancías españolas al gigante asiático, principalmente vino y productos de alimentación.
Esos acuerdos ayudarán a vender en China y aliviarán los problemas del tren Yiwu-Madrid, que llega a España cargado y regresa semivacío a pesar de los costes reducidos y los apenas 21 días de trayecto que dura esta operación. El CZF ha contactado con distintas compañías chinas interesadas en instalarse en la parcela de 230.000 metros cuadrados donde estaban ubicadas las antiguas instalaciones de Seat y que el consorcio saca a concurso público. La parcela anterior se adjudicó en junio a CIRSA después de que algunas compañías chinas interesadas no remataran la operación.
Después de que la empresa estatal china de Certificaciones e Inspecciones CCIC Holding Group inaugurará en marzo su laboratorio de certificaciones europeo en un edificio del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) ubicado en L’Hospitalet, el gigante chino del comercio electrónico Alibaba podría seguir los mismos pasos y establecer en nuestro territorio su centro logístico para toda Europa. El puerto de Barcelona también facilita la instalación de empresas chinas, al constatar el creciente interés en las compañías de la segunda potencia mundial en elegir el sur europeo en lugar del norte.
Cabeza de puente europeo
Esta fiebre por instalar en nuestro territorio la cabeza de puente del comercio entre China y Europa obedece al cambio experimentado en el tradicional comercio marítimo. Históricamente, las relaciones comerciales entre Europa y Estados Unidos potenciaron los puertos de Rotterdam, Hamburgo y Amberes, pero el viraje económico-comercial hacia Asia, y principalmente China, ha cambiado hoy en día el enfoque. Las rutas meridionales que atraviesan Suez y entran al Mediterráneo ahorran días de travesía y son más sostenibles, de modo que resultan más atractivas para que los productos asiáticos alcancen, desde Barcelona, toda Europa, el norte de África y también hagan escala hacia Sudamérica.
No en vano, la compañía china Hutchison invirtió 500 millones de euros en la ampliación de las instalaciones del Puerto de Barcelona, en los terrenos ganados tras el desvío del Llobregat. Así, el vínculo marítimo entre China y Barcelona se ha multiplicado en los últimos años, hasta el punto de que el gigante asiático ya es el primer emisor y receptor de las mercancías del puerto, con un 23 % del total.
A través del área logística de Fuzhou, la intención es animar la exportación de vinos y alimentos españoles a China, y en respuesta se espera promocionar la importación de té y de materiales de construcción. Además, la Zona Franca de Barcelona prestará a sus homólogos de Fuzhou servicios de asesoramiento técnico y medioambiental.
El potencial de Shenzhen
Shenzhen, entre Hong Kong y Macao, es una de las ciudades punteras de China y una destacada ciudad portuaria de la provincia de Guangdong, con un importante papel como nodo de la nueva Ruta de la Seda que el Gobierno chino está impulsando para reforzar las relaciones comerciales entre China y la Unión Europea. Además de contar con un potente tejido empresarial e industrial, Shenzhen tiene además un activo mercado financiero.
El acuerdo con Fuzhou se ha firmado en la feria industrial exterior de Shenzhen (Overseas Chinese Industry Fair) donde el Consorcio barcelonés ha contado con una presencia muy relevante dentro del pabellón español presente en esta feria de transacciones y cooperación que se organiza por primera vez en la importante ciudad de Shenzhen, que alberga uno de los centros productivos y de innovación más importantes del gigante asiático.
El Consorcio barcelonés tiene una oficina comercial en Shenzhen desde septiembre del 2014, cuando Jordi Cornet viajó a China junto a la delegación oficial del Gobierno de España, encabezada por el presidente Mariano Rajoy, y junto al Ayuntamiento de Barcelona, con el entonces alcalde Xavier Trias. III