En esta ocasión nos estamos jugando mucho. Deberemos de elegir entre seguir por el camino de la incipiente recuperación económica, que ha creado ya un millón de puestos de trabajo entre 2014 y 2015, con una cifra récord este pasado mes de noviembre de creación de empleo, cuyo dato es el mejor de los últimos 20 años, o de lo contrario, volver a las políticas anteriores que fueron lideradas por Zapatero, y que hoy son tomadas como referencia por el actual candidato socialista.
Algunos medios de comunicación han escrito ya ríos de tinta anunciando el fin del bipartidismo en España, y que partidos noveles (aunque realmente ya no son tan nuevos) tendrán un peso importante pasados los comicios. Esto tiene sus riesgos. En las pasadas elecciones municipales, vimos como en muchos municipios, un pacto de muchos partidos perdedores apeaban de los gobiernos locales a los candidatos que habían sido los más votados en sus pueblos o ciudades. Ahora, en España, cabe la posibilidad que dichos pactos se vuelvan a repetir, y que los vencedores el 20 de diciembre, tengan que irse a sus casas para dejar paso a una amalgama variada de partidos que decidan repartirse el poder.
El Baix Llobregat, y por extensión todo el país, necesita de un gobierno fuerte, valiente y decidido que sea capaz de continuar generando riqueza, bienestar social y empleo, y que, por otro lado, garantice la unidad de España y siga plantando cara al desafío separatista de los Artur Mas y Oriol Junqueras de turno.
Por ello, estoy convencido que sabremos escoger, y que no nos dejaremos engatusar por una cara amable o bonita, por discursos grandilocuentes pero vacíos de contenido. Porque como ciudadano de este país, lo que quiero son hechos, y no palabras. Quiero gente seria que nos gobierno, no un gobierno tertuliano que nos entregan en las sobremesas del fin de semana. Como se suele decir...los experimentos, con gaseosa. III