Este nuevo gobierno sólo tiene un único común denominador, romper con la convivencia, salirse de España, e imponer la voluntad de la minoría a la gran mayoría de los catalanes que lo que queremos es un gobierno que se preocupe por los problemas reales que sufren los ciudadanos.
Y hablando de problemas reales, los vecinos del Baix Llobregat, especialmente, los de Castelldefels, Gavà, Viladecans, Begues y Sant Climent estamos muy preocupados por la atención sanitaria y el futuro que le pueda deparar al Hospital de Viladecans, que es el centro de referencia para la población de estos 5 municipios. Durante los últimos años, hemos visto como diferentes consellers han ocupado la responsabilidad sanitaria de nuestra comunidad autónoma. Consejeros de diferentes colores políticos, pero con igual resultado para nuestros vecinos, ya que ni el tripartito formado por PSC, ICV y ERC, ni el gobierno CIU-ERC han resuelto de manera definitiva ni han hecho una realidad ese nuevo hospital que la zona delta del Baix Llobregat necesita. La sanidad no es un capricho. La sanidad (como también la educación o bienestar social) no se puede poner en la cola de las prioridades de ningún gobierno. No podemos permitirnos un gobierno que se olvida de gobernar, que se olvida de los ciudadanos y que sólo persigue como único objetivo la independencia. Nos quieren hacer creer que, colgando una ‘estelada’ en el balcón, en las plazas o en los ayuntamientos, la calidad de vida nos mejorará por arte de magia, la gente será feliz y comeremos perdices como si de un cuento idílico se tratase.
La realidad se impone y hace falta que se ponga el dinero de nuestros impuestos al servicio de las prioridades reales. Ni un sólo euro que se gaste más en pantomimas, cortinas de humos o en pro de la independencia, cuando miles de catalanes necesitamos que ese dinero se ponga al servicio de la sanidad, cuando los vecinos del Baix necesitamos nuestro nuevo hospital, más personas, más quirófanos y más camas para atender enfermos. Por eso, una vez más, nuestra voz debe sonar bien alta, y que el nuevo ejecutivo del Govern abandone este camino a ninguna parte, y que ponga esos más de 36.000 millones de euros de presupuesto que tienen al servicio real de todos los catalanes. III