Diez años más tarde de la previsión inicial, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, inauguró el 12 de febrero la Línea 9 del Metro de Barcelona, un transporte que, además de conectar el aeropuerto de El Prat y el recinto ferial, comunica por fin los mayores polígonos industriales metropolitanos: Zona Franca y Mas Blau.
Las paradas de metro de Parc Logistic y Mercabarna dan parcial servicio a este extenso polígono de 6 millones de metros cuadrados donde cerca de 70.000 trabajadores tienen su empleo en casi 300 empresas. También el polígono Mas Blau, en El Prat, junto al aeropuerto, tiene parada de Metro, lo que posibilita que sea innecesario el uso del vehículo particular para ir a trabajar, máxime cuando la Línea 9, a su paso por L’Hospitalet hasta Zona Universitaria (Diagonal) comunica con otras tres líneas de Metro, Cercanías de Renfe y los Ferrocarriles de la Generalitat. No obstante, el polígono de la Zona Franca no tendrá cobertura de Metro completa hasta la entrada en servicio de la L-10, estimada para el 2017.
Ahora, también el Consorci junto con CILSA (la empresa que gestiona el área logística del puerto de Barcelona) y Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), gestora del Metro y del autobús público en Barcelona, ultiman un acuerdo para financiar conjuntamente y adaptar la línea de bus L110 como «lanzadera» que distribuya usuarios de la L9 desde la parada de Parc Logistic por todo el polígono industrial. Además de esa línea de autobús, se mantendrán los trayectos de las líneas de buses 21, 23, 37, 109 y el nocturno N1.
El principal problema de esta área industrial, privilegiadamente situada en el corazón del área metropolitana, junto al puerto y cerca del aeropuerto, ha sido históricamente su deficiente acceso en transporte público. Para el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, entidad que gestiona el polígono industrial, «el distrito industrial empieza a resolver su deficiente accesibilidad urbana en el año que se cumple su centenario», según ha subrayado Jordi Cornet, delegado especial del Gobierno en el Consorci de la Zona Franca.
Esta extensa área industrial de seis millones de metros cuadrados completará su mejora en el transporte el año que viene, cuando entre en funcionamiento la Línea 10, ya construida en tramo de Metro en viaducto que cruza el polígono, aunque inacabada en instalaciones. En el polígono se encuentran recintos de la envergadura de Mercabarna, la Zona Franca Aduanera, el Parc Logístic de la Zona Franca o el Centro de Servicios Z. Privilegiada conectividad.
El polígono industrial de la Zona Franca completará con la llegada del Metro una conectividad superlativa, dado que esta plataforma logística internacional se halla junto al puerto de Barcelona, muy próximo al aeropuerto internacional de el Prat, junto a la estación de mercancías de Can Tunis, dotada con ancho internacional hacia la frontera francesa y con acceso a las rondas y a las autovías que conectan con Europa y el resto de la Península.
El Metro, dotará también de transporte público al Paseo de la Zona Franca, el conjunto de viviendas que nació junto al polígono industrial y que hoy se está transformando para acoger uno de los barrios de viviendas más sostenibles y modernos de Barcelona, llamado La Marina del Prat Vermell, donde justamente el Consorci cuenta con activos inmobiliarios para desarrollar vivienda privada y de protección pública.Además de la tardanza en la puesta en funcionamiento y las molestias ocasionadas durante una década a los usuarios del polígono, la cruz de esta obra también ha sido que su coste se haya multiplicado por siete, al pasar de 2.500 millones de euros presupuestados hace diez años a 16.000. III