El sector de la automoción y el reto de la conectividad de un vehículo ha vuelto a tener este año un espacio en el congreso de telefonía, esta vez, con un invitado de lujo: el piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton
“El coche sigue siendo el gran desconectado”, ha dicho en más de una ocasión el presidente del Clúster de la Industria de la Automoción de Catalunya – CIAC, Vicenç Aguilera. Ante este reto, el Mobile World Congress ya sirvió el año pasado de escaparate para mostrar la evolución de esta –todavía- asignatura pendiente que tienen los vehículos comerciales y este año ha vuelto a fusionar tecnología y automoción, además, con un invitado de lujo. El piloto tricampeón de Fórmula 1, Lewis Hamilton, ha protagonizado la segunda jornada del Mobile World Congress ante centenares de directivos y amantes de las telecomunicaciones y la automoción, en un acto arropado con el director técnico de Mercedes, Paddy Lowe, y el presidente de Qualcomm, Derek Aberle.
Con el coro de su monoplaza Mercedes y los trofeos de Campeón de la Fórmula 1 y Campeones de Escuderías de Mercedes, Hamilton ha mostrado su fascinación por el mundo de la tecnología, por como "el coche se comunica constantemente contigo, siempre te habla", por la gran acumulación de datos o por la famosa telemetría; y, por otro lado, por la rápida evolución que está teniendo este campo y que, a él, además de la afectación en lo personal como cualquier usuario, le influye en lo profesional con una joya tecnológica como es su coche, “con el que tiene una relación mejor que un matrimonio” decía en un tono bromista que no abandonó a lo largo de la tarde en la que no faltaron ni selfies, ni videos de Snapchat ni alguna interpelación graciosa ante la risa desubicada de una asistente a la conferencia.
En este sentido, ante la evolución imparable de la tecnología también en el mundo de la competición, no tardó en llegar el actual gran debate en la Fórmula 1: la dicotomía entre piloto y coche y quien tiene más influencia para ser el mejor. Entre risas y miradas de complicidad, Lowe optó por un políticamente correcto 50% por parte que levantó la ‘preocupación’ espontánea de Hamilton: “Acaso soy prescindible […] Me puedo quedar sin trabajo –apuntaba en relación a los avances en la conducción autónoma-. Por suerte, creo que todavía no están investigando para tener un coche de carreras sin conductor”.
Es evidente, en cambio, que el avance de la tecnología en el ámbito comercial tiene el impulso del mundo de la Fórmula 1, ingeniería fina de última generación: “Las nuevas tecnologías de la Fórmula 1 permite acelerar la innovación y pronto llegarán a los coches de la calle”, ha asegurado Aberle.
En este ámbito, con una exposición previa a la aparición de la estrella de la tarde, el presidente de Qualcomm dibujó las diferentes vías en las que el mundo de la automoción está trabajando y que se podría resumir en cinco grandes cuestiones: la precisión de la geolocalización, computarización, tecnologías de sensores, un mayor aprendizaje del vehículo en base el uso y una más rápida y estable conectividad. Facetas concretas de grandes pilares como la mejor comunicación entre conductor y vehículo, así como la del vehículo con su entorno –que abre un abanico enorme de posibilidades a través de servicios o infraestructuras-. Todo le aporta al vehículo, en definitiva, una mayor autonomía, el gran reto para estos años.
En esta voluntad de otorgarle al vehículo una mayor autonomía, la seguridad está obviamente contemplada y, de hecho, será una de las cuestiones más favorecidas para evitar, por ejemplo, atropellos tras un frenazo automático del vehículo al detectar a peatones, algo que ya se está abriendo camino actualmente en el sector. Esto y la capacidad de interactuar con el vehículo a través de nuestro ‘smartphone’ es algo que ya no es cuestión de futuro sino de presente y que solo necesita su mayor expansión.