El salto de Josep Maria Álvarez para substituir a Cándido Méndez y liderar, a nivel nacional, la Unión General de Trabajadores (UGT) conlleva, de manera obligada, la renovación de la estructura de la federación catalana del sindicato, un cambio que pasará, en este sentido, por nuestro territorio. Una nueva cúpula bicéfala se pondrá al frente de UGT Catalunya con el líder sindical de Seat, Matías Carnero, como una de las caras de la federación, junto al ex dirigente de las juventudes de ERC, el independentista Camil Ros.
Tras 26 años con Álvarez al frente, su relevo se ha querido forjar sobre un consenso que pasa por una candidatura oficial única, a diferencia de lo que ha ocurrido precisamente en el 42º Congreso de la UGT, en donde Álvarez ha superado a la propuesta oficial -que contaba con el apoyo de Méndez- de Miguel Ángel Cilleros con un ajustado 51,08% de los apoyos. De esta manera, Ros ha sido el único en dar el paso al frente tras la voluntad de Matías Carnero de mantenerse al frente de Seat; y, por tanto, existe este matiz. El ex secretario de política sindical de UGT Catalunya desde 2009 pasará a ser el secretario general de la federación catalana del sindicato, pero con el apoyo de Carnero, que era el favorito de Álvarez y que ya propuso en su momento una especie de presidencia doble formada por el secretario general más otro puesto con menos atribuciones, pero con una notable notoriedad. Una especie de presidencia ejecutiva en la que encaja perfectamente la figura de Carnero que estaría, pues, entre Martorell y la Rambla del Raval.
Ligados a todos los sectores
UGT Catalunya pasará, entonces, a estar liderada por un reconocido públicamente como independentista y Carnero, líder sindical de la industria catalana más importante y que, por tanto, puede ser un buen atractivo para las bases tradicionales de la industria, teniendo en cuenta, además, que viene del sector del metal, sindicalista por definición. Mientras Ros tiene una vertiente política que comienza con su militancia en las JERC, en paralelo a su afiliación sindical, Matías Carnero (1968) empezó siendo un operario de Seat en 1987, con apenas 19 años. Su pronto interés por el sindicalismo le llevó a entrar al comité de empresa como delegado tan solo tres años después de formar parte de la plantilla. En 2003 pasó a ser el secretario general, cargo que no solo no ha perdido, sino que ha conseguido mantener arrasando en la última convocatoria. En 2009, Carnero pasaría a formar parte de la secretaria nacional de la UGT en Catalunya y, de hecho, desde 2013 es secretario nacional adjunto.
Era el delfín natural de Álvarez, pero con su marcha atrás -a medias- UGT Catalunya optará por esta nueva fórmula que abraza el derecho a decidir -sin posicionarse claramente a favor de la independencia que rehúsan facciones sindicales de entornos como el nuestro, el tradicional cinturón rojo-, pero sin renunciar a los tradicionales sectores en donde el Baix Llobregat también tendrá un papel primordial por la riqueza de nuestra industria. El congreso se organizará en el mes de abril, cuando se oficializará el relevo de manera definitiva. lII