Estamos ante una película muy divertida, desprejuiciada y que habla de la sexualidad en múltiples variantes desde la normalidad.
Hay media docena de escenas desternillantes, otras que generan sonrisas. El film también tiene momentos gamberros.
Una de las claves de “Kiki, el amor se hace” es su magnífico y coral reparto (todos están en estado de gracia). Destacan especialmente Belén Cuesta, el propio Paco León, Natalia de Molina, la argentina Ana Katz que es una de las revelaciones de la película, Alexandra Jiménez, Candela Peña, Luis Callejo, Álex García, Luis Bermejo y Maite Sandoval, otra de las revelaciones.
La primera aparición de Belén es apoteósica, de lo mejor del film.
Con toda seguridad, “Kiki, el amor se hace” tendrá varias nominaciones en los próximos premios Goya, varias en el apartado actoral.
Estamos ante una muestra de varias historias que se cruzan, 5 en total. En este aspecto unas son más acertadas que otras, en conjunto, funcionan bien todas.
Película erótico festiva tal y como la ha definido acertadamente su director, nos presenta historias de amor y de curiosas filias sexuales. Dacrifilia, Elifilia, Somnofilia y Harpaxofilia son algunas de las particulares formas de obtener placer que se muestran, que descubren nuestros protagonistas, pero para disfrutarlas los protagonistas tendrán que decidir cómo integrarlas en sus vidas. Sus sentimientos, sus miedos y sobre todo su sexualidad se transforman rompiendo tabúes.
La fotografía de Kiko de la Rica es muy acertada, como también lo es el guión que firman Fernando Pérez y el propio Paco León.
En definitiva, “Kiki, el amor se hace” es un canto a libertad, a la diversidad y a disfrutar de la sexualidad.