Con esta estrategia ha conseguido un doble objetivo, quedar como fuerza más votada y diezmar sobre todo al socialismo, única fuerza política capaz de liderar una alternativa a la derecha en este país.
La izquierda ha estado más distraída en ver quien era la primera fuerza política de la oposición, que en generar una alternativa real de gobierno y esto es lo que no nos perdona la ciudadanía.
De nada sirve lamentarnos y culpabilizar a Pablo Iglesias que al negar su apoyo a Pedro Sánchez frustró la oportunidad de desalojar al PP y ahora se queda sin “sorpasso” y con un PP fortalecido. Tuvimos la oportunidad de iniciar un proceso de regeneración democrática y no supimos aprovecharlo. Ahora nos encontramos con una dura realidad en un país donde los casos de corrupción y de saqueo por parte del PP, la utilización de los instrumentos del Estado contra sus adversarios políticos y el desmantelamiento del estado de bienestar construido con mucho sacrificio por gobiernos socialistas, no ha sido suficiente para que una parte de la población deje de apoyar a los populares. No podemos responsabilizar a la ciudadanía de ello. Tenemos que asumir los malos resultados y analizar el porqué.
Sólo si desde el socialismo democrático somos capaces de generar una alternativa creíble para la ciudadanía conseguiremos enviar al PP a la oposición. Un proyecto de reformas políticas con nuestros valores de justicia social, igualdad de oportunidades, regeneración democrática y calidad institucional. Un socialismo catalán federalista, que represente al catalanismo progresista no independentista, será la base para construir una alternativa a la derecha reaccionaria española. III