Miles Davis (Alton, 26 de mayo de 1926-Santa Mónica; 28 de septiembre de 1991) revolucionó con su trompeta y su talento el jazz y la música moderna en el siglo XX. Fue un instrumentista virtuoso, un genio. Su trayectoria se caracterizó por su constante evolución y búsqueda de nuevos caminos artísticos. El sonido de su trompeta es característico por su uso de la sordina de acero Harmon, que le proporcionaba un toque más personal e íntimo; el sonido es suave y melódico, a base de notas cortas, tendente al lirismo y a la introspección. Fue un visionario que encontró sonoridades nuevas, que fusionó ritmos diferentes con estilo propio.
El biopic “Miles ahead” arranca con una entrevista que le hicieron y en la que decía que no le gustaba la palabra jazz, que lo que él hacía en materia musical era “Música social”.
El film que nos ocupa nos muestra los años salvajes de un músico que sentía pasión por la música por todas sus venas. Se mueve, con varios flashbacks, en dos tiempos. La época en la que durante cinco años dejó la música y la historia de amor con la que fue su segunda esposa.
En estos años salvajes solo su pasión por la música le movió, tuvo problemas con el alcohol, las drogas, físicos, emocionales y sentimentales. La película lo refleja muy bien.
Don Cheadle (Kansas City, 29 de noviembre de 1964) ya había demostrado ser un gran actor pero aquí ejerce con talento de productor, director y coguionista, además, claro de personificar al gran Miles Davis. No logra un gran parecido físico, pero su interpretación es excelente, su vocalización perfecta. Está claro que tenía mucho interés en rodar este film que no es totalmente redondo, pero está cerca de serlo.
En el film aparecen tocando, que es lo suyo, tres instrumentistas que admiro, de diferentes generaciones. Son la joven bajista, cantante y contrabajista Esperanza Spalding, y los veteranos Herbie Hancock (piano, teclados) y Wayne Shorter (saxo y clarinete).
También destaca Ewan McGregor que interpreta brillantemente a un periodista que logrará congeniar con Miles y le acompañará en una de sus peripecias.
El film destila pasión por la música, es una joya de imprescindible visionado para los aficionados al jazz (a la música social como diría Miles) y a sus fusiones, y que gustará al público en general por su buen tono y ritmo.