El Cornellà Creació Fórum ha levantado hoy el telón de una nueva edición del foro social más importante del Baix Llobregat y lo ha hecho, como siempre, con un protagonista de lujo: el pensador, fundador y presidente del ‘Grupo de los Cincuenta’, Moisés Naím. El reconocido analista político y económico venezolano y uno de los columnistas internacionales más influyentes -que casualmente hoy estrena el documental ‘El Comandante’, una ficción basada en la vida de Hugo Chávez- ha protagonizado la conferencia ‘Repensar el mundo’ para analizar este momento de transición actual y que plantea una duda o incógnita con la que Naím acababa la exposición: “En un momento en el que todo es influido por la innovación, es muy improbable que no llegue a la política. No sé cuándo, pero va a haber novedades”.
En este sentido, el papel local podría tener un papel fundamental en la definición de la gobernanza del futuro. Viendo la evolución de la innovación y de la tecnología, en los primeros años, el proceso suscitó el debate de la individualización de la sociedad lo que derivaba –con una connotación claramente negativa- en un menor control por parte de la sociedad. Esto ha evolucionado a un momento en donde la tecnología permite la existencia de lo que Naím ha llamado “micropoderes” y que son capaces de limitar a los poderes mundiales: “Hay más restricciones para ejercer el poder. La innovación revolucionará todo lo que nos gobierna: el poder es más fácil de obtener; es más difícil de usar; y es más efímero”.
Sin embargo, pese a estos micropoderes, la realidad es que el panorama internacional ha contado con numerosos éxitos por parte de los movimientos más populistas y Trump es, seguramente, el ejemplo más identificativo (sin olvidar, según ha enumerado, el Brexit en Reino Unido, Le Pen en Francia, Beppe Grillo con el Movimiento 5 Estrellas en Italia o, incluso, Podemos en España). La duda, pues, es saber cuál es el encaje entre la evolución de la innovación y que ésta repercuta en una mejor democracia. “No sé cómo va a ser esta innovación de la política y de las nuevas maneras de gobernar; pero lo que sí sé es que vienen de dos lugares a los que estoy prestando atención: las ciudades y el ámbito tecnológico”, ha dicho Naím para El Llobregat. “De las innovaciones más importantes que están pasando en el mundo, muy pocas vienen de los gobiernos federales o centrales; vienen mucho de la administración local y, en concreto, de las ciudades. De ahí van a venir buenas noticias e ideas útiles para ayudarnos a gobernar”.
En su exposición, Naím ha dibujado el perfil común entre los diferentes líderes “populistas”, entendido este concepto no como una ideología de derechas ni de izquierdas, sino como una estrategia para representar y seducir al pueblo frente al enemigo: las élites tradicionales. Entre las principales características destaca, precisamente, esta capacidad de autocalificarse representantes del pueblo frente a “ellos” (las élites); el denigrar el pasado porque está podrido, es corrupto, no conveniente y, por tanto, “que se vayan todos”; la capacidad de polarizar y crispar la política; el generar un enemigo “real o ficticio” interno y externo; militarizar las soluciones, algo que deriva en un patriotismo extremo –se está viendo en términos económicos con un radical proteccionismo-; la descalificación de los expertos y de la ciencia –“no interesan los datos ni la experiencia; solo nuestra opinión, aunque sea falsa”; y, entre otros, la deslegitimación de los medios o la creación de falsas noticias que, paradójicamente, son más leídas que las contrastadas por las principales cabeceras. Lo que puede decantar, gracias a las nuevas tecnologías y las redes sociales, en una modificación interesada de la opinión pública a partir de auténticos bulos.
En este sentido, Naím se ha referido al flaco favor que realizan estos líderes a la democracia de su país y en términos generales. Parafraseando al propietario de McDonald’s, que decía en una entrevista que él no iba a criticar a cualquiera de sus competidores, puesto que formaban parte del mismo sector y que, por tanto, se estaría echando piedras sobre su tejado, “parece ser que esto no lo han entendido en política: “Los políticos están muy metidos en criticar a otros políticos, lo que afecta mucho a la Democracia y a sus valores”.
Por todo, pues, la elección de Trump, según el pensador venezolano, es uno de los cinco sucesos más influyentes de lo que llevamos del siglo XXI: el atentado del 11-S en Estados Unidos y sus reacciones al ataque; la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (11 de diciembre de 2001); la crisis financiera de 2008; y la mutación acelerada del poder completarían, junto a Trump, esta lista de momentos y procesos más importantes que, todavía hoy, tienen destacadas consecuencias en nuestras sociedades.