Después de una larga crisis, tras una década perdida, algunos parece que no han aprendido y quieren que volvamos a las andadas. Ignoro si hay un 3% detrás, otros intereses o sencillamente son incapaces de cambiar de política, pero si te basas en sus actos, para el PSC de L’Hospitalet es una prioridad incentivar el ladrillo. No pararon hasta conseguir la recalificación de la zona verde entre la plaza Camilo José Cela y la calle Santa Eulalia para construir más pisos.
Ahora que los precios repuntan vemos cómo al virtual Distrito Cultural le van saliendo promociones inmobiliarias: en la calle Leonardo da Vinci, en pleno meollo del Distrito Cultural, el gobierno socialista de Núria Marín ya ha aprobado un proyecto urbanístico con 350 viviendas; nos acaban de anunciar que en junio cerrará la sala de conciertos Salamandra 2 (uno de los teóricos puntales del DistritoCultural) para construir más pisos. La sensación que tenemos es que el supuesto Distrito Cultural es una mera operación para revalorizar suelo privado a costa del dinero de todos los hospitalenses.
El gobierno de Núria Marín intenta vendernos estos proyectos inmobiliarios con la milonga de que van a construir muchas viviendas de protección oficial, pero si son como las de La Remunta, a 240.000 euros con piscina, párking y trastero, no cuela. En cualquier caso, L’Hospitalet no necesita más ladrillo, ya es la ciudad con mayor densidad de población de Europa. Lo que necesita es mejorar sus barrios e invertir para tener viviendas de alquiler asequible y social.
Por eso hemos propuesto desde Cs hacer un Plan de Vivienda local serio, financiado, que vaya en ese sentido y tengamos un L’Hospitalet para las personas y no para la especulación. III