Sin embargo, el sistema actual con los nuevos partidos renueva su nómina y nos aproxima tipologías que de otra manera seguirían en su normalidad cotidiana. Un caso de ello podría ser el diputado naranja de Viladecans Martín Barra que sustituyó a Fran Hervías en el Parlament casi el mismo día en que Puigdemont lo hacía con Mas. En un Parlament agitado y con predominio de abogados y sociólogos, Martín Barra -fisioterapeuta- es uno de los tres sanitarios de los 135 diputados.
A sus 60 años, desde su escaño 87, es uno de los marcadores del consejero Comín, el primer consejero de Sanidad que no es médico y del cual se reconoce falta de eficacia, aún contando con un equipo de colaboradores que le “facilitan” la tarea de dificultar el control opositor, enumeramos algunas pifias: la fallida compra del Hospital General de Catalunya de San Cugat y la por otra parte obsesión muy de chico Esade de reducir costes. Ambas cosas en contradicción.
Al igual que la crítica de la doctora Forés de la Sociedad catalana de Medicina Familiar, que considera erróneo preferir las inversiones en Emergencias y descuidar la renovación de los CAP. Martín Barra es excedente de un CAP de Cornellá y está de acuerdo con esta opinión: él sabe que las plantillas de los CAP están tan al límite como muchos de sus pacientes, en especial ancianos que consiguen un alivio con sus masajes.
Comín, con su perfil cristiano-social, no está resultando un remedio para los males del servicio médico catalán, concluimos. El tema sanitario es adictivo tal vez y Martín Barra mantiene su colaboración mensual en un master de enfermería de la UIC. Aunque su anterior profesión bancaria le hace ducho en escrutar los presupuestos y contabilidades.
Cinturón negro de jiu-jitsu federado, conoce los enredos contables que desde clubes, federaciones y ayuntamientos proliferan en nuestro dominio público; ello nos lleva a abordar el tema de INIPRO, una empresa que desde el 1999 en San Boi parecía ya gozar de discutibles preferencias, pero con la que otros ayuntamientos socialistas también contrataban servicios: de asistencia social, encuestas e información juvenil, personal de guarderías… sus repetidos éxitos adjudicatarios y el elevado monto de su facturación, sorprendían tanto que si en 1999 el alcalde Vila de Sant Boi estuvo en tribunales; ahora INIPRO lo está por una denuncia en Tarragona, que ha salpicado a Tarragona y Viladecans, que son investigados entre otros municipios.
Martín Barra fue un año y medio concejal y portavoz de Ciudadanos en Viladecans, y su sucesora Carolina Torres ha presidido la Comisión Investigadora que ha demostrado que INIPRO ganó todos lo concursos en los años 2011/13/14/15 y que mantiene empleados en el Ayuntamiento.
Dos concejales de relieve han dimitido por el caso y dos funcionarios importantes han pedido el traslado. El directivo de INIPRO Sr. Campás murió y el juez tarraconense Elías ha conseguido prórroga por ser un caso complejo para finales de año.
Dado que es una investigación avanzada y muy seguida por los medios catalanes, Martín Barra reconoce como notable el monto millonario de las adjudicaciones en Viladecans y el arrendamiento de servicios de asistencia social geriátrica y juvenil entre otros muchos que se le dan a INIPRO.
Cree que con el nuevo clima anti-corruptor general se facilitará la sentencia en tiempo adecuado. Acostumbrado al ya largo y confuso “procés” al que alude Comín frecuentemente para excusarse por sus fallos; piensa Martín Barra que lo de INIPRO será más breve y que influirá en nuestra comarca dadas las filiales más de diez con las que INIPRO actúa.
Consumado conductor se lamenta y lucha por la continuidad de las obras de la C-245 que mutilan el Llobregat-Sur. En cuanto a suministros de agua comparte las cautelas de su compañera diputada Marina Bravo (ya entrevistada) respecto a las concesiones. Ahora prepara un proyecto de seguridad de áreas infantiles, tema muy actual.
Para olvidarse de la presión y desgaste personal Martín Barra escapa a Calpe, donde su familia (es casado con dos hijas) posee un caserón de tapial en pleno centro de la ciudad; allí ocurrió el llamado compromiso de Caspe: Aragón, Valencia y Cataluña eligieron rey a Fernando de Antequera.