Sin ningún tipo de dudas ser periodista de belleza es una maravilla. Y sobre todo cuando tienes que sentir en propia piel los beneficios de un tratamiento, de un producto o de un masaje, para después explicar las sensaciones y resultados. Y ese ha sido el caso de nuestra estancia en Inúu.Llegamos al Hotel Avenida Park, en el que nos habían reservado habitación, cuando el sol ya empezaba a caer. Rápidamente nos preparamos para la cena, en el restaurante Mediterráneo de Caldea. Era interesante llegar antes de las nueve de la noche para disfrutar del espectáculo de música,fitness aéreo, luz y agua, que cada noche tiene lugar en Caldea.
Después de una magnífica cena de aire mediterráneo bien regada por vino y cava catalán, disfrutamos de un paseo por Escaldes-Engordany, para hacer bajar un poquito la cena.
Llega la mañana y tras un opíparo desayuno para reunir fuerzas para el “duro” día que nos esperaba en Innú, nos dirigimos al centro, al que se accede por las instalaciones de Caldea…Al llegar a Inúu ya nos estaban esperando. Nos habían preparado un completo plan que nos permitía visitar a nuestro aire todas las instalaciones del centro de wellness, con lagunas interiores y exteriores, con chorros de diferente tipo, camillas de agua, jacuzzis, duchas de todo tipo y sauna seca y hammam. También nos habían preparado un masaje relajante con aceite caliente de cera, en una cabina doble (ideal para compartir la experiencia con tu pareja). La cabina era grande y espaciosa, y las camillas, con colchones de agua caliente y cromoterapia, lo mejor para desconectar del mundo… Lo único que si desconectabas del todo, te perdías el “disfrute” de las manipulaciones de la esteticista, que eran una verdadera maravilla.
Tras el masaje nos ofrecieron la posibilidad de asistir a un taller de licuados, donde nos enseñaron la forma más cómoda de consumir las cinco raciones entre verdura y fruta que tenemos que tomar a diario para una dieta saludable.Inmediatamente después del taller, ya teníamos programada una sesión de relajación con cuencos tibetanos… ¡Sin palabras! Sólo oír el tono de voz del terapeuta que lo llevó a cabo, las personas que íbamos a recibir la sesión ya habíamos entrado en otra dimensión. Nos explicó en qué consistiría y qué experimentaríamos. Casi todos los asistentes, en un momento u otro, caímos en un estado de letargo que a mi no me llegó hasta los últimos minutos, ¡pero también me llegó! de forma que sólo puedo explicarte que el sonido de los gongs, los cuencos de diferentes materiales y de las campanillas se iban sucediendo como música celestial, al tiempo que mi mente luchaba por abrirse otros caminos y yo por devolverla a los cuencos y a imágenes placenteras que me sugerían…Tras la comida (un delicioso arroz de montaña en uno de los restaurantes de Caldea), de vuelta a las lagunas de Inúu. También descubrimos el Ú Senses: el espacio con la ducha seca, el Hammam, las duchas cromáticas, la vaporización de agua, las tumbonas calientes… de nuevo a las lagunas y punto final…
La tarde la dedicamos al shopping, porque Andorra es el paraíso para las adictas a las compras –sobre todo, de cosméticos, en la grandes perfumerías que hay en Escaldes-Engordany–. Tras la cena, de nuevo al hotel para prepararnos para el domingo por la mañana, porque iba a ser emocionante…
La guinda del fin de semana en Andorra la puso el excitante paseo en helicóptero del domingo por la mañana. A solo unos kilómetros del Hotel Avenida Park, en la carretera de la Massana, llegamos hasta el helipuerto de Heliand, donde nos subimos a un helicóptero para disfrutar de unas fascinantes vistas aéreas de La Massana, Vall d’Ordino, el Serrat, estanys de Tristaina, Arcalís, Forcats, Pic de Comapedrosa, estany de les Truites, Arinsal, Estació de Pal, Pic de Carroi, Andorra la Vella, Escaldes (donde vimos en miniatura el que a pie parece un gigantesco Caldea) y de vuelta a la Massana.
¿Qué decirte de la experiencia? Mariposas en el estómago, pero la maestría y dominio del helicóptero de nuestro piloto nos hizo disfrutar al máximo de la excursión. Nos explicó que además de estos viajes turísticos, también realizan otras labores, como rescate de personas, apagar incendios, ¡un héroe!
De nuevo con los pies en tierra firme, fuimos hasta La Cortinada (en Ordino), donde realizamos una pequeña excursión por la Ruta del ferro (hierro), que enalza esta población con la de Llorts. Una excursión entretenida y sencilla para urbanitas como yo, en la que, además de la mina de hierro, descubrimos diversas esculturas realizadas en hierro, como las que forman la sorprendente Familia Jordino, siete personajes procedentes de diferentes lugares del mundo pero que son de la misma familia.
Mil gracias a todo el personal de Inúu, de Caldea y sus establecimiento de wellness y gastronomía, al del Hotel Avenida Park, a Heliand y a Equipo Singular que lo organizó todo maravillosamente y con mucho afecto.