Gordó discreto y temido ha subido desde la “llanura” hasta la “montaña” parlamentaria, junto a los que mantienen el “Govern” con reservas la CUP y también con los del PP los más implacables enemigos del”procés” -ambos grupos de escaños similares,- se admiran y respetan en silencio. Sus oradores son buenos, y sus discursos atendidos y con contenido inédito.
Ya saben que en la Revolución francesa en las bancas altas se sentaban los extremistas. ¿Es parecido en nuestro caso? Un tanto por las posiciones radicales en cuanto al referéndum del 1-Octubre; porque en otros temas las discrepancias aumentan. Y qué pasa en la “llanura” del Parlament, allá donde se sienta la oposición -socialistas, podemitas y Cs- y donde los discursos son prudentes, muy medidos, y hasta repetitivos desde hace meses, con pocas sorpresas e iniciativas parlamentarias, discurriendo todo con una “falsa normalidad”, dado que en las comisiones de trabajos parlamentarios; todo son “poses” y gestos tasados hacia el PdCat quien lleva sus iniciativas sorpresivas con gran apoyo de asesores y expertos y que por supuesto, todos honran la frase de Andreotti, -“El poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene”-, así las cosas se esperan novedades agosteñas. Y ya con estas toda la “llanura” se radicalizará.
Pero ya en clave local, uno piensa en el “plan de barrios de Montaña de San Boi” y le espeluzna su gran idea de -hacer pisos en zonas de cota alta- en donde ya existen viviendas unifamiliares, muchas autorizadas por funcionarios franquistas. Por cierto ¿qué pasa con los 160.000 m2 del cuartel y la central Endesa?. Ordenar sí, edificar en altura no. Y entre otras ideas y hechos, los vecinos afectados han decidido concentrarse -los viernes frente al Ayuntamiento- e irrumpir en algún pleno con sus peticiones de oposición al Plan. No está mal para empezar, sobre todo cuando se dispone de una orquestina de percusión para hacerse oír.
Seguimos en la comarca: en Hospitalet en su llanura de Bellvitge se prevén 27 rascacielos en la última reserva del preciado suelo hospitalense que queda. Todo muy atrevido y sin consenso.
Como se ve el radicalismo nos impregna y los conceptos “montaña” y “llanura” a nivel político, se confunden. Porque nos falla el tradicional “pactismo” catalán y vuelve la “rauxa” tan nuestra también. Todo son “ordeno y mando” al nivel de la pura política autonómica y en las aplicaciones municipales de este nuevo talante en temas tan sensibles como el urbanismo a escala comarcal y local.