“Chico, si no te gusta servir a los demás, dedícate a otra cosa”, es la bofetada en formato paternal con que De las Muelas quita a los aprendices de barman los aspavientos aspiracionales de ser Brian Flanagan. Ser barman no es una película ni hacer flairtending. Los jóvenes con más ganas de reseñas en revistas que de efímeras propinas, púberes que escupen las escuelas de hostelería a los bares a sabiendas de que el oficio se aprende en la barra, no tienen futuro en el negocio. Lo vemos a diario. En este sentido, y siguiendo la fórmula del emporio Dry, que Hall0 Bar cumpla su primer año de vida en la planta 0 del novísimo Monument hotel es una buena noticia.