En distintas ocasiones, los escenarios de estas detenciones han sido ciudades del ámbito metropolitano (dos en L’Hospitalet, cinco en Cornellà, una en Sant Vicenç), cuestión que abrió el debate sobre si los municipios más próximos a Barcelona –densamente poblados- podían servir de cuna del yihadismo en Cataluña. En respuesta a esta cabecera, el anterior jefe de la policía, Albert Batlle, descartó antes de ser cesado de que hubiera indicios en este sentido y que la amenaza era igual para toda Cataluña.
Pérez, trabajador en Seat
Con el atentado perpetrado en las Ramblas de Barcelona y en Cambrils, se ha demostrado, de hecho, que esta célula ha preferido municipios tranquilos para preparar su ataque: Ripoll y Alcanar. Aun así, tras los atentados, el Baix Llobregat y L’Hospitalet suman diferentes escenarios que han tenido un papel activo tanto el día 17 de agosto como en los posteriores a los ataques. El más evidente, tal y como se conocía poco después de las 19 horas del 17-A, solo un par de horas después del múltiple atropello en las Ramblas barcelonesas, fue el hallazgo de un vehículo Ford Focus blanco estacionado junto al edificio Walden-7, en Sant Just Desvern.
Era el coche de Pau Pérez, vecino de Vilafranca del Penedès, quien fue apuñalado mortalmente por Younes Abouyaaqoub en Zona Universitaria para utilizar el vehículo en su huida de Barcelona. Tras saltarse el control de la salida de Avenida Diagonal con Pérez agonizante en la parte trasera del vehículo, Abouyaaqoub logró llegar a las puertas del edificio Walden para escapar por otros medios de la persecución policial. Pérez se convirtió, así, en la víctima número 15 de los atentados (son 16 en total). De 35 años, Pau ejercía de ‘controller’ de averías en el taller número 9 de la planta de Seat, en Martorell, subcontratado con la empresa LEDR.
Todavía a la espera de la investigación, al cierre de la presente edición, se desconoce cuál fue el recorrido concreto del atacante desde Sant Just Desvern. Lo que es seguro es que, escondiéndose de día y caminando por la noche, Abouyaaqoub cruzó buena parte del Baix Llobregat para ir desde Sant Just Desvern a Subirats, municipio junto a Sant Sadurí d’Anoia, en el Alt Penedès, donde fue abatido cuatro días después del atentado.
Equipamientos de referencia
Pero Sant Just y Martorell no han sido los únicos escenarios vinculados al ataque. Dada la importancia de algunos de los equipamientos ubicados en nuestro territorio, tanto Sant Andreu de la Barca como L’Hospitalet han tenido un papel activo durante estos días negros. Por un lado, el cuartel de la Guardia Civil de Sant Andreu de la Barca, sede de la comandancia del cuerpo en Barcelona, mantuvo retenido al único superviviente de la explosión del ‘chalet’ de Alcanar, Mohamed Houli, a la espera de su traslado a la Audiencia Nacional, donde prestó declaración. Él era el personaje más esperado de las investigaciones, puesto que tenía una vinculación directa con el resto de terroristas. Houli ha reconocido que preparaban explosivos para un ataque aún mayor y con grandes monumentos barceloneses como objetivos.
Afortunadamente, algo salió mal y la explosión se produjo mientras preparaban el atentado. Aun así, solo en las Ramblas de Barcelona, Younes Abouyaaqoub acabó con las vidas de 14 personas tras ser arrolladas por su furgoneta. Estas 14 personas fueron trasladadas e identificadas en el Institut de Medicina Legal de Cataluña, ubicado en la Ciutat de la Justícia, en L’Hospitalet. Cerca, en el Hospital de Bellvitge, han estado hospitalizados hasta cinco de los heridos durante los atentados. III