Pero para Núria Marín ese importe no es suficiente, a la vista está que ese año y en los años siguientes, el 2017 y el 2018, presupuestó ingresar 900.000 euros.
Núria Marín ha dejado clarísimo que desea que los ciudadanos que se vean en la dolorosa situación de tener que recurrir a estos servicios se dejen el máximo dinero posible. Lleva años actuando en este sentido. En el 2014 el Ayuntamiento de l’Hospitalet ya fue sancionado por la Autoridad Catalana de la Competencia con una multa de medio millón de euros por prácticas monopolísticas que fueron denunciadas en 2011. Para Núria Marín aquel expediente sancionador debió ser traumático, porque desde entonces los ingresos de los servicios funerarios municipales han ido cayendo y ya se encuentran a la mitad del máximo que alcanzó en 2012 de casi un millón y medio.
Núria Marín no quiere seguir perdiendo ingresos de los servicios funerarios. En 2016 Cs presentamos una moción para reclamar transparencia en los servicios funerarios municipales porque, a pesar de que lo marca la ley, no se publicaba en ningún sitio ni las ordenanzas, ni el contrato de la concesión ni, lo que es más importante, los precios públicos. Muchos ciudadanos se quejaban, y se llegaron a organizar en una asociación, de que los servicios funerarios aprovechaban el momento de dolor por la pérdida de un ser querido para inducir a las personas a contratar servicios de coste muy elevado sin informar de que existía un servicio integral que podía llegar a ser hasta tres veces más barato. Núria Marín votó a favor de nuestra propuesta, claro, pero con la intención de incumplirla. Tuvimos que reclamárselo cada mes hasta que, pasado un año, por fin la cumplieron.
Pero la alegría duró poco. Núria Marín iba a seguir peleando por sus ingresos de la funeraria. Ante el riesgo de que ciudadanos bien informados tendieran a recurrir a los servicios integrales más económicos, el gobierno local tomó una medida drástica: directamente eliminarlos de las ordenanzas municipales de 2018.
De los cuatro servicios integrales existentes, eliminó los dos más baratos, cuyo coste era de 1.800 euros y 1.950 euros (más IVA). Ahora el más barato cuesta 2.200 euros (más IVA), lo cual representa una subida ni más ni menos del 22% y realizada de escondidas.
Es básico que la persona que esté al frente del Ayuntamiento entienda que los servicios funerarios municipales son, ante todo, un servicio público al que las personas que, en esos momentos de dolor por la pérdida de un ser querido, han de poder acceder confiando que en lo que piensa el Ayuntamiento no es en sacarle el máximo dinero posible. Núria Marín no puede olvidar que ha de gobernar, fundamentalmente, para los ciudadanos. III