Cultura

“Tenemos que hablar”, un ‘traductor’ para entendernos entre hombres y mujeres

Joan Carles Valero | Viernes 02 de febrero de 2018
Por más que los hombres y las mujeres nos conocemos, nunca alcanzamos a entendernos del todo. Hablamos el mismo idioma, pero en ocasiones no lo parece, especialmente en las relaciones de pareja.

Con San Valentín en ciernes, ha aparecido el libro “Tenemos que hablar” (Plan B), una especie de traductor imprescindible para entendernos entre géneros, obra de la periodista Elisabeth G. Iborra y el publicista Bruno Valente que, a modo de consultorio en el que la autora responde a las dudas de ellos y el autor a las de ellas, recopila las frases y situaciones típicas que cualquier pareja de toda edad ha vivido, desde los preámbulos de las relaciones hasta que la historia toca a su fin, pasando por la complicadísima convivencia y los complejos físicos, los celos y otros tipos de vicisitudes humanas.

Puesta al día
Las dos voces expertas revelan comportamientos, proponen soluciones y ofrecen siempre una sonrisa, porque “la felicidad consiste en saber elegir”, dice Iborra. En el libro se explican los significados de situaciones del estilo: ¿Por qué sigue hablando con su ex?, ¿cuánto debo esperar antes de pedirle que vivamos juntos? Si me sonríe, ¿por qué no me entra? Los autores ofrecen un manual-traductor para entender al otro género, con respuestas a las dudas más comunes en las relaciones de pareja, explicadas de forma amena y práctica. Porque para poder hablar, primero se tiene que conocer el mismo idioma.

Más de veinte millones de personas de todos los países han leído con fruición el libro de John Gray “Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus”, un superventas en ese campo pero que se ha quedado del todo desfasado para las actuales generaciones, debido a sus visiones estereotipadas incluso para los menos jóvenes que no comparten la idea de que somos mitades destinadas a complementarse. Por eso, los autores, que son amigos desde hace 15 años y siempre se han contado el uno al otro sus historias sentimentales y sus dudas, han escrito este manual como si un oráculo del otro sexto se tratara para así entender las intenciones que se ocultan tras las palabras o actos de las personas que les atraen o de sus parejas.

Lo cierto es que, en general, falta comunicación para entendernos los unos a los otros. Situación que se agrava entre sexos distintos. “Creo que hay que hablar y comunicarse antes de tener que decir ‘tenemos que hablar’ de forma definitiva, como ruptura”, asegura Iborra, periodista y escritora con 17 libros publicados y especializada en psicología, sociología y sexología. Asegura que los cambios de los últimos años en la sociedad con la liberación sexual de la mujer y su incursión laboral han hecho que aumenten los diferentes tipos de hombres y mujeres y que eso haga que sea más difícil entendernos los unos con los otros.

Tecnología sin seducción
Con las nuevas tecnologías ha cambiado la manera de relacionarnos. “Ahora ligas más en una red de contactos que en un bar y esto crea una serie de dudas que antes eran impensables”, dice Elisabeth. Dudas del tipo: ¿cómo me presento en las redes, cómo redacto mi perfil, qué significan los emoticonos, las rupturas por whatsapp… esto antes no existía…

Pero tanta relación cibernética también desentrena las relaciones cara a cara, hasta el punto de que muchos no tienen ni idea de seducción. Iborra afirma que “vamos a lo básico. En España siempre hemos ido de ‘latin lovers’ pero nada que ver, los niveles de seducción están bajísimos, son muy de cromañón, muy a lo bajo, a lo zafio”. En el libro, Iborra da pinceladas sobre lo que tiene que ser un buen seductor, sobre todo para evitar las temidas cobras. “Si tú no ves que la otra persona te está correspondiendo con juego de miradas, no vayas, no entres de una manera tan fea”.

Y en los asuntos de cama, la autora explica cómo ser un buen amante “porque al final se va a extinguir la especie porque no funciona: ellos tienen miedo a no dar la talla, si sale mal se acobardan y no quieren repetir. Si es un egoísta, nosotras tampoco queremos repetir… hay que saber disfrutar de la sensualidad”, concluye. III