El urbanista Oriol Bohigas definió la ciudad como edificios de viviendas con bajos comerciales. Los cambios en los hábitos de los consumidores están modificando la fisonomía de las ciudades, hasta el punto de que empresas de distribución y logística están comprando locales comerciales en Barcelona y su área metropolitana para destinarlos a centros de distribución del comercio electrónico, según reveló este jueves Jordi Cornet, delegado especial del Gobierno en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), durante la presentación de la segunda edición de eDelivery Barcelona Expo&Congress, que se celebrará del 5 al 7 de junio.
Pero el debate va más allá, porque las compras por internet obligan a una logística de transporte intensivo, no sólo para llevar la mercancía a los hogares de los consumidores, sino porque éstos devuelven productos que han adquirido a golpe de click, sobre todo de sectores como el textil. El fenómeno de las compras por internet, que ya suponen el 2,1% del PIB en España, va a crecer exponencialmente, con la consiguiente ocupación masiva del espacio público. Ya no solo son las terrazas de los bares, permanentemente instaladas todo el año para los fumadores. Nuestras calles empiezan a ser invadidas por motocicletas, furgonetas y todo tipo de camiones de reparto y reposición de mercancías.
Conscientes de la importancia creciente del comercio electrónico, el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, creó el congreso eDelivery que en su segunda edición debatirá precisamente la organización y eficiencia del reparto en la última milla, al tiempo que mostrará las soluciones más innovadoras y disruptivas que mejoran el e-commerce, la logística y la cadena de suministro.
Del blockchain a robots de entrega
En el Startup Connection Hub se presentará la oferta de 15 empresas disruptivas con soluciones para la última milla. Además, se presentarán casos de algunas de las empresas más exitosas en la implementación de su negocio digital, como Bauhaus, Dia, Fnac, Worten, Zalando, Decathlon, Deliveroo, Grupo Cortefiel, Stuart, IBM y Privalia, entre otras.
El salón ha seleccionado a 5 start ups entre más de 60 candidaturas internacionales. Se trata de ChainGo, que ofrece tecnología blockchain enfocada al transporte marítimo; Elioport, que presenta una flota de robots terrestres de autocarga y descarga el reparto; Freightalia, que permite a los agentes de carga enviar cotizaciones a sus clientes en tiempo real; Manzaning, que facilita la digitalización del pequeño comercio y Outvio, con una plataforma donde cualquier tienda online puede integrarse y realizar envíos a todo el mundo.
Internacionalización
El salón eDelivery tendrá un espacio para empresas emergentes en su segunda edición, en la que adquiere acento internacional al multiplicar los ponentes de fuera de España. Lo que hace único a este salón en el ámbito español es que se centra en lo que pasa desde el 'clic' con el que se efectúa la compra hasta que se entrega el pedido, mientras que el resto se dedican a cuestiones relacionadas con la mercadotecnia y las ventas.
Al igual que el año pasado, la presente edición del eDelivery pondrá el foco del debate en el tramo final de las entregas, la llamada "última milla", dado que el incumplimiento de los plazos de entrega o los errores en los contenidos siguen siendo las principales quejas de los clientes que compran a través de la red.
"La gente quiere que sus compras le lleguen lo más rápido posible con el menor coste posible", ha subrayado en rueda de prensa el delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), Jordi Cornet. En este sentido, ha destacado que las empresas emergentes, las 'startup', juegan un papel más que relevante a la hora de abordar cómo la tecnología puede ayudar a optimizar la entrega en mano.
El eDelivery se celebra en paralelo al Salón Internacional de la Logística (SIL) y también incluye mesas de debate, el eDelivery Barcelona Congress, donde participarán más de 50 ponentes de empresas punteras como Bauhaus, Dia, FNAC, Worten e IBM. Cornet ha destacado el potencial del sector del comercio electrónico, que en 2017 facturó 25.354 millones de euros y representa el 2,1 % del PIB español, un peso aún lejos del que representa el ecommerce en países como Reino Unido, con más del 7 % del PIB.