La Escola El Garrofer es el primer centro público del Estado reformado con criterios ‘passivhaus’, llegando a ahorrar hasta un 75% del consumo energético
Viladecans ha presentado uno de los principales proyectos públicos sostenibles de la comarca. La Escola El Garrofer es la primera escuela pública de España reformada con criterios ‘passivhaus’, lo que incorpora mejoras como la reducción a más de la mitad del consumo eléctrico, la regeneración del aire interno del edificio sin hacer variar la temperatura, un aislamiento acústico mayor y filtros que mejoran la calidad del aire.
Este centro educativo, pionero en lo que a rehabilitación energética integral se refiere, ha sido escogido a raíz de un estudio realizado en el año 2015 por el Área Metropolitana de Barcelona sobre la rehabilitación con criterios nZEB, en tres escuelas públicas de Viladecans, Castelldefels y Sant Adrià del Besòs. El resultado destacó la alta demanda de calefacción, a pesar de estar en un clima cálido como el Mediterráneo, y las deficiencias de aislamiento debidas a que el centro se construyó en 1974, época en la que el código técnico no cubría muchos aspectos relacionados con el gasto energético.
¿Qué es un edificio passivhaus?
Passivhaus –o los edificios passivhaus– es un modelo de construcción certificado por el Instituto Passivhaus, en Alemania, que tiene como base la optimización de recursos existentes a través de técnicas pasivas como la orientación, el aislamiento y la ventilación. En definitiva, un edificio con estas características puede llegar a conseguir un 75 por ciento de ahorro del consumo energético respecto a otro que no tiene en cuenta estos criterios.
Técnicas aplicadas en El Garrofer
Dentro de las técnicas básicas del modelo passivhaus, en la Escola El Garrofer se han aplicado, esencialmente, tres: aislamientos, ventilación e iluminación.
En lo que respecta a los aislamientos, se han realizado actuaciones en la mayor parte de las paredes del colegio, en especial en la fachada en la que se ha aplicado el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE). Por otro lado, también se han cambiado las ventanas de doble vidrio y cámara interior con gas de argón, de manera que se prevé una reducción de un 92 por ciento en pérdida energética. Además de esta reducción, el arquitecto de esta reforma o rehabilitación ha explicado que “el separador de los cristales no es de aluminio, es térmico y tiene un aislamiento acústico muy importante”. Es decir, una insonorización necesaria dado que la escuela está entre la Avenida de Josep Tarradellas, una de las principales de la ciudad, y el barrio del Eixample.
Otro elemento que en cualquier lugar cálido y costero tiene una importancia vital es la ventilación. Esta medida incorpora una instalación de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperador de calor de alta eficiencia energética. Esto garantiza la calidad del aire interior mediante su renovación mientras favorece una temperatura que requiera una baja demanda energética con un buen confort. “La idea es poner en los edificios un sensor de temperatura y CO2 para hacer un seguimiento y ver cómo funciona el edificio”, ha resaltado el arquitecto del proyecto. Sin embargo, ya hay otro sensor muy importante en las aulas del edificio: de movimiento. Este sensor detecta si hay alguien en el interior del edificio y pone en funcionamiento el sistema de ventilación, desactivándose cuando no hay nadie en el colegio, por ejemplo, por las noches.
Por último, encontramos la iluminación. No hay que obviar que no es solo la luz lo importante en este caso, sino la orientación y la dirección de la luz la que hace ahorrar y ser más eficiente el consumo. La primera acción es la sustitución de las luces por leds en todo el edificio, para reducir el consumo eléctrico. Pero, como decíamos esta actuación viene acompañada de la incorporación de láminas fijas de protección solar en las dos fachadas más expuestas al sol, con tal de garantizar la luz natural neutra en las aulas.
Todas estas mejoras ‘passivhaus’ cubren las deficiencias de una escuela construida en 1974 para que tanto profesores como alumnos puedan trabajar y estudiar en un centro con las máximas prestaciones posibles, luchando además contra el cambio climático y ahorrando energía. Tanto es así, que se prevé que el consumo de gas se reduzca en un 80 por ciento y el de electricidad en un 15, logrando rebajar las emisiones de CO2 en un 55 por ciento.
Rehabilitación del edificio
Durante todo el verano la Escola El Garrofer de Viladecans ha estado inmersa en una rehabilitación completa siguiendo las bases del método passivhaus.
Las obras han sido adjudicadas a la empresa Novantia por un importe de 940.800 euros y el diseño del proyecto al despacho de arquitectos EnergiHaus, conjuntamente con la arquitecta Berta Pujol. Todo ello, siguiendo las directrices de la institución alemana, el Instituto Passivhaus, para adaptar los criterios estándar centroeuropeos al clima mediterráneo y a un centro educativo que en verano está cerrado.