¿Cuáles son los ayuntamientos de la comarca con las cuentas más saneadas? ¿Cuál es el que tiene más deuda? ¿Y el que menos? ¿Quién paga antes a proveedores? ¿Quién invierte más en políticas sociales? ¿Y en cultura? Estas son algunas de las preguntas que nos hemos hecho en El Llobregat y que seguramente muchos vecinos de la comarca se harán a lo largo de los próximos meses previos a las elecciones municipales de mayo. Meses y semanas durante los cuales se dirán muchas cosas y se enviarán muchos mensajes sobre la gestión municipal de los últimos cuatro años. Algunos de ellos serán ciertos, pero algunos otros bordearán la estrecha línea entre la ‘verdad’… y la verdad.
Para intentar responder a estas cuestiones, hemos hecho servir una herramienta web nueva. Se trata del Observatorio sobre Corporaciones Locales (CCLL), que recopila información económico-financiera de unas 8.000 administraciones locales, entre ayuntamientos, diputaciones y cabildos. Lo lanzó en junio la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y ofrece la información al usuario de manera sencilla, con gráficos y la posibilidad de comparar entre administraciones.
Se trata de un paso más “hacia un nuevo modelo de políticas públicas basadas en la evidencia”, según explicó José Luis Escrivá, presidente de AIReF, cogiendo de referencia iniciativas similares que se han desarrollado en EEUU durante la presidencia de Barack Obama y que rechazan la toma de decisiones en base a “corazonadas” y sí en base a la comprobación de datos. Esto, afirmó Escrivá en junio, garantiza la “robustez de las políticas”. La plataforma fue presentada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en el marco del seminario ‘La economía ante el blockchain. Lo que está por venir’.
Pero adentrémonos en los datos. En cifras absolutas, Cornellà sigue siendo la ciudad de la comarca con una deuda viva –es decir, aquella contraída con las entidades bancarias- más alta, con 46 millones de euros. No obstante, hay que destacar que su ayuntamiento ha ido disminuyendo esta cifra en los últimos años: entre 2013 y 2017, Cornellà ha reducido su deuda a la mitad, pasando de 95 a 46 millones. Gran parte de esta deuda, por otra parte, correspondía a la empresa municipal Procornellà.
De hecho, los ayuntamientos de la comarca experimentaron un aumento de su deuda durante los peores años de la crisis económica, tocando techo en 2011 y 2012. A partir de aquí, en general, la tendencia es de descenso –y en algunos casos de manera muy pronunciada- de la deuda. Un fenómeno que coincide con la aplicación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF), impulsada por el gobierno en mayoría absoluta del PP en 2012 y que contempla una regla de gasto, una tasa por encima de la cual los ayuntamientos y cualquier otra administración pública no puede superar el gasto del año anterior, y que se basa en el crecimiento de la economía y del PIB.
Una medida muy criticada por muchas corporaciones locales, que consideran que no es justo que se aplique esta regla de gasto de manera indistinta tanto a consistorios con cuentas saneadas como a otros que no. Además, llevan años exigiendo que puedan destinar su superávit a políticas sociales o de empleo, y ya el año pasado diversas ciudades del estado se rebelaron contra esta ley. Unas críticas a las que se unió la propia
AIReF. Por su parte, el exministro de Hacienda e impulsor de la norma, Cristóbal Montoro, aseguró que esta regla de gasto era una imposición de la Unión Europea para alcanzar la senda presupuestaria marcada a España.
El más endeudado por cápita: Sant Esteve
Si en cifras absolutas es Cornellà el municipio de la comarca más endeudado, en cifras relativas es Sant Esteve Sesrovires el que tiene una situación más delicada. Debe un total de 11,9 millones de euros, con una ratio de deuda del 93%, la más alta, y con diferencia, de la comarca. La cifra de deuda no es comparable a la de otros ayuntamientos, pero al tratarse de un municipio más bien pequeño –de unos 7.600 habitantes- la situación es más delicada. Pese a que en los últimos cuatro años, siguiendo la tónica general, el consistorio sesrovirense ha ido disminuyendo la deuda, los datos de 2017 indican que cada vecino debe 1.549,7 euros, la cifra más alta per cápita de todo el Baix Llobregat. El que más se le acerca en este baremo y que ocupa la segunda posición es Viladecans, donde cada habitante debe 656,9 euros.
Enric Carbonell, alcalde de Sant Esteve: “La deuda está bajando rápidamente” |
Para Enric Carbonell, alcalde de Sant Esteve Sesrovires, la situación económica del municipio está mejorando al amparo del avance de la coyuntura general. “La deuda está bajando rápidamente, sobre todo durante este mandato”, asegura a El Llobregat el mismo Carbonell. No le falta razón, puesto que en los últimos 4 años esta se ha reducido significativamente, pasando de los 17,7 millones de 2013, a los 11,9 de 2017. No obstante, Sant Esteve Sesrovires sigue siendo el municipio con más ratio de deuda y con un endeudamiento por habitante que casi triplica al segundo del ranking. Esta situación llevó a la aprobación el año pasado de un Plan de Saneamiento y Ajuste para el período 2017-2027, con el visto bueno del Ministerio de Hacienda y la Generalitat. Según el consistorio, este plan permitirá pasar de pagar unos intereses de deuda del 5% a tan solo un 1%, lo que supondrá un ahorro para las arcas municipales de más de 350.000 euros. “La deuda se convierte casi en una oportunidad”, afirma Carbonell, que quiere dejar claro que “deuda” también tiene que ver con “inversión”. En este sentido, recuerda que el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo importante para invertir en la ciudad en los últimos años. De hecho, la causa del fuerte endeudamiento nace precisamente de esta inversión en el municipio. A partir de 2010, recuerda Carbonell, tuvo lugar una “caída repentina” de los ingresos municipales que obligó a dedicar más recursos a cubrir los presupuestos. Desde entonces se está llevando a cabo, prosigue el alcalde, un “fuerte ajuste” para recuperarse, los frutos del cual se estarían notando ahora con los síntomas de recuperación económica. El polígono Can Margarit, la clave La llave que abre la puerta hacia la recuperación es la evolución del polígono Can Margarit, cuyos recursos generados “están sacando al municipio del bache”, afirma Carbonell, que destaca la apuesta municipal en los últimos tiempos para cambiar el modelo económico, hasta ahora basado en el crecimiento residencial. |
El caso de Viladecans, por su parte, rompe el escenario general, ya que en tan solo un año ha pasado de estar en la media del resto de ayuntamientos -con una ratio de deuda del 27% y 18 millones de endeudamiento en 2016-, a ser uno de los que más debe: 43,4 millones en 2017 y una ratio del 63%, superior al 54% de Cornellà, el ayuntamiento más endeudado en cifras absolutas de la comarca pero que supera la población viladecanense en casi 20.000 habitantes.
Desde el Ayuntamiento de Viladecans explican a esta publicación que el aumento de las cifras se debe a la consolidación de la deuda de las empresas municipales. Es decir, que por ley se ha de concentrar el pasivo de estas en una sola cuenta, la global del municipio.
El más saneado: Abrera
En el otro extremo encontramos a Abrera, el municipio menos endeudado del Baix Llobregat. Tanto, que la cifra de su deuda viva es 0. Forma parte de los poco más de 3.000 ayuntamientos de España que pueden presumir de no deber ni un solo euro –menos de la mitad de los existentes-. Además, cuenta con un remanente de tesorería de 13,3 millones. El remanente es una cantidad o saldo que permite saber la capacidad que tiene una administración pública para satisfacer sus deudas.
Esta población de unos 12.300 habitantes liquidó su deuda en 2013 y, desde entonces, no debe nada. Cancelar las obligaciones con las entidades bancarias permite al consistorio disponer cada año de una cantidad importante de recursos para destinar a la mejora de los servicios y a la financiación de nuevas inversiones.
Un clásico de los más aplicados: El Prat
Su deuda no es 0, pero se acerca. El otro ayuntamiento de la comarca más saneado es El Prat, que registra una deuda viva de 1,2 millones de euros, lo que suponen 18,2 euros por habitante, la más baja de la comarca
–si no contamos a Abrera, con 0 euros-. De hecho, es el municipio catalán de más de 50.000 habitantes con menos deuda por cápita de Cataluña. El año pasado el consistorio ya anunció que su voluntad de cara a 2018 es eliminar totalmente la deuda financiera.
Las primeras posiciones del ranking de ayuntamientos saneados las completan Castellví de Rosanes y El Papiol, ambos con una deuda viva de 0,2 millones, aunque es en este último donde la deuda por habitante es menor, con 55,4 euros ante los 135,8 del primero. Los sigue de cerca Santa Coloma de Cervelló, con tan solo 400.000 euros de deuda viva, lo que suponen 49,2 euros por habitante y una ratio de tan solo el 4%.
En la senda del saneamiento
Como ya se ha dicho, la tónica general, exceptuando casos como el de Viladecans, es que las corporaciones locales de la comarca hayan reducido su deuda en los últimos años. Un caso destacado es el de Esplugues, que la ha recortado a la mitad desde 2011 –año en que marcó un récord histórico con 30,6 millones de endeudamiento; en 2017 esta cifra bajó a los casi 14 millones-. Algo similar a lo que ha pasado en Esparreguera, la mitad de pequeño por población y que en la última década ha pasado de tener una ratio de deuda del 87% -en concreto en 2008- al 9% actual. De hecho, la deuda por habitante es de las más bajas de la comarca, con tan solo 97,2 euros. Un fenómeno que ha ido acompañado de un aumento inversamente proporcional del remanente de tesorería –de 15 millones en 2017-.
Otros descensos de la deuda especialmente intensos los han protagonizado dos de las ciudades más pobladas de la comarca, Sant Boi y Cornellà. En el caso de Sant Boi, con 82.000 habitantes, este municipio debe 19 millones según datos de 2017, con una ratio del 22%, unas cifras muy parecidas a la del resto de ciudades, pero con el detalle de que llegó a deber 60 millones en 2009. Desde entonces, y exceptuando el año 2013 –donde la deuda creció ligeramente-, este consistorio ha ido recortando su endeudamiento de manera exponencial.
Cornellà sigue siendo la ciudad con una deuda más alta de la comarca, como hemos comentado con anterioridad, pero desde 2013 ha llevado a cabo una política de reducción del endeudamiento que la ha llevado a reducirlo a la mitad: si en 2013 debía 95 millones según AIReF, en 2017 la cantidad descendió a los 46.
L’Hospitalet, un caso aparte
Su vecino l’Hospitalet es un caso aparte. Acumula una deuda de 91,1 millones, con una ratio del 39%. Esto quiere decir que cada hospitalense debe 354 euros, situándose en la media de las ciudades más grandes del Baix Llobregat, pese a casi triplicar la población de la más poblada, Cornellà.
Políticas de gasto dispares
En lo referente a las políticas de gasto, hemos seleccionado una serie de ámbitos municipales de los ayuntamientos que tienen cierto impacto en el día a día de los ciudadanos, como son servicios sociales, educación, vivienda, seguridad y movilidad, bienestar comunitario, cultura y medio ambiente, para ver cuánto dinero destinan a cada una de ellos -los datos son de 2017, salvo en algunos casos-. Hay que decir, no obstante, que las características y coyuntura actual de cada municipio son determinantes a la hora de establecer a qué se dedica cada euro del presupuesto, y que las partidas pueden variar de año en año dependiendo de las necesidades.
De los municipios pequeños de la comarca, de entre 1.000 y 5.000 habitantes, es el Papiol el que más invierte en servicios sociales y casi dobla al resto de pueblos de esta categoría, con 0,31 millones de euros. También es el municipio pequeño de la comarca que más dedica a vivienda, con 0,74 millones, una cifra significativamente por encima de la del resto. En la categoría de municipios de entre 5.001 y 10.000 habitantes, destacan los 5,23 millones de euros que dedica Sant Esteve a bienestar comunitario, invertidos mayoritariamente en el abastecimiento de agua potable.
Subiendo de nivel poblacional, encontramos los 5,01 millones que Sant Just Desvern reserva para políticas de vivienda, una partida muy por encima de las de municipios de tamaño similar e incluso de otros más grandes como Molins -2,98 millones-, Sant Joan Despí -3,47-, Gavà -4,16- e incluso la capital comarcal, Sant Feliu -4,47-, y muy cercana a la de Castelldefels, que casi quintuplica la población de Sant Just.
Siguiendo con la vivienda, es Martorell quien se lleva el gato al agua en la categoría de localidades de entre 20.001 y 50.000 habitantes, con 6,99 millones de euros invertidos.
Ahora bien, en el aspecto de la seguridad y movilidad de los municipios de 20.001 a 50.000 vecinos -los más numerosos del Baix Llobregat-, es Gavà el consistorio que más invierte, con 4,78 millones. Le sigue a cierta distancia Esplugues, con 3,58 millones, mientras que es Olesa el que menos recursos dedica a este aspecto, con 1,33 millones, de esta categoría de poblaciones del Baix.
Por último, llama la atención que entre los ayuntamientos de poblaciones de 50.001 a 100.000 habitantes es Castelldefels el que menos dinero dedica de todos en cuatro categorías -servicios sociales, educación, bienestar y cultura-, mientras que el Prat obtiene el oro en cinco de ellas -servicios sociales, donde dobla a Castelldefels-, bienestar, cultura, seguridad y movilidad y vivienda, destacando en esta última por encima de sus homólogos con 14,51 millones.
Viladecans y Sant Just, los que más tardan en pagar a proveedores; Castellví, el que menos |
Según los últimos datos disponibles que ofrece AIReF sobre el pago a proveedores, referentes al primer trimestre de este año 2018, son Viladecans y Sant Just Desvern los municipios del Baix Llobregat que más tardan en pagar los servicios que contratan a terceros. Y es que cuentan ambos con un Período Medio de Pago a Proveedores (PMP) de 31 días sobre el período legal. ¿Pero qué es el PMP? Se trata de una cifra que indica los días que tarda de media una empresa -en este caso un ayuntamiento- en pagar a sus proveedores por los servicios prestados. Desde el 1 de abril, consistorios, comunidades autónomas y administración central han de saldar sus deudas con los proveedores en un plazo real de 30 días si no quieren incumplir la Ley de Morosidad. Los días de pago se cuentan a partir de la recepción de la factura en el registro, y no desde los 30 posteriores a este momento como se hacía hasta ahora. Esto puede meter en el saco de los incumplidores a ayuntamientos que hasta ahora cumplían con los plazos marcados. A Viladecans y Sant Just Desvern les sigue muy de cerca Gavà, con 29 días sobre el período legal, la Palma y Sant Joan Despí con 28 días, y Sant Climent, con 25. No obstante, se trata de cifras muy inferiores a las que registran los consistorios que más demoran estos pagos de toda España, como es el caso del pueblo malagueño de Cortes de la Frontera, donde los días por encima del período legal de pago ascienden a 838. Volviendo al Baix Llobregat, en el extremo opuesto se encuentra Castellví de Rosanes, un municipio donde el PMP es de -13 días. Es decir, que cumple con los pagos a proveedores con mayor celeridad. El segundo en este ranking es Santa Coloma, con un coeficiente de -8. |