Algunos flequillos se convirtieron en auténticos iconos de sus portadoras: Brigitte Bardot, Audrey Hepburn, Mia Farrow, Debbie Harry… Y, también hoy, es el sello distintivo de muchas caras famosas, como en el caso de la modelo Alexa Chung, la actriz Felicity Jones, la editora de Vogue, Anna Wintour, o incluso Aitana, de Operación Triunfo.
Otra muestra palpable de su magnetismo es que, temporada tras temporada, logra reinventarse y colarse, directamente, entre las tendencias más deseadas. Sin embargo, ¡cada flequillo es un mundo! Por eso, y para que un flequillo que te encanta no se convierta en una mala decisión estilística, debes conocer todos sus trucos
El peluquero Gonzalo Zarauza, director de Centro Beta en San Sebastián y experto en asesoría de imagen, distingue cuatro tipos de flequillo.
Microflequillo: “cubre ligeramente la frente desde el nacimiento del cabello. Es genial en los estilos pixie muy cortos, pero ¡ojo!, deja totalmente al descubierto la frente y enfatiza la forma del rostro.”
Baby bangs: “muy cortos y rectos, recuerdan a los de los niños. Fue popularizado por Audrey Hepburn. Marca muchísimo la imagen y ensancha el rostro. Está indicado solo para mujeres arriesgadas, que quieran darle a su estilo un toque vanguardista.”
Cortina: “se abre desde el centro hacia los lados. El efecto resultante recuerda a las cortinas, de ahí su nombre. Es muy cómodo de llevar y muy favorecedor. Este año está de rabiosa actualidad, pero se le puede considerar como uno de los flequillos intemporales.”
Ladeado y asimétrico: “la diferencia entre uno y otro es que el ladeado se corta de forma simétrica y se peina hacia un lado. En cambio, el asimétrico se corta con diferentes longitudes. Los dos alargan el rostro y dan un aspecto jovial”.
“El flequillo es uno de los elementos del peinado que más influye en la apariencia del rostro, ya que crece en el contorno de la frente y la puede ocultar total o parcialmente”, explica Gonzalo.
A la hora de decantarnos por un flequillo u otro, el estilista nos avisa de que, además de la forma del rostro, debemos tener en cuenta otros factores –tanto o más determinantes–, como el tamaño de la nariz, la frente o los ojos. “No hay reglas fijas, pero sí claves infalibles. Si el rostro es redondeado o tiene líneas curvas en sus elementos, como ojos globulosos o labios prominentes, hay que optar por flequillos con líneas rectas o quebradas. Por el contrario, los rostros muy angulosos o con trazos muy lineales se corrigen con flequillos curvos y asimétricos”. Por su parte, “los flequillos con volumen y ligeramente desfilados ayudan a disimular una nariz prominente, pero hay que tener cuidado ya que, si son demasiado largos, producirán el efecto contrario.”
Gonzalo también nos cuenta que “en los casos en que la línea de crecimiento del cabello en la frente tiene muchos remolinos, no conviene hacerse un flequillo con un acabado muy controlado. Por ejemplo, un flequillo recto corto solo estará bonito unos minutos después de haber ido a la peluquería ya que, en poco tiempo, la fuerza del propio remolino descontrolará la forma.”
Tal y como nos explica Gonzalo, hay muchos motivos por los que atreverse con el flequillo: