José Ángel Carcelén

Aire nuevo en La Moncloa

José Ángel Carcelén | Viernes 02 de noviembre de 2018
Hace unas semanas el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmaba desde Colombia, que estaba convencido que Podemos apoyaría la propuesta de presupuestos para el 2019 de su Gobierno.

Efectivamente, tan solo 48 horas después, y a pesar de las supuestas dudas de Pablo Iglesias, el acuerdo era un hecho. Y por primera vez en mucho tiempo, las personas volvían a ocupar el corazón de la política española.

Hacía demasiado tiempo que tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlament de Catalunya, los y las representantes políticas se habían atrincherado en su guerra de banderas. Hacía demasiado tiempo que habían olvidado las necesidades reales y cotidianas de la ciudadanía. Desde que Pedro Sánchez y su equipo han asumido el Gobierno de España, la voluntad de hacer e implementar políticas públicas que atiendan a las necesidades de ciudadanos y ciudadanas, y mejoren su calidad de vida se han convertido en el eje central del día a día del Gobierno español (desgraciadamente, todavía no podemos decir lo mismo del catalán).

El Presidente Pedro Sánchez tiene claro cuál es su objetivo: demostrar a la gente que el interés de su Gobierno es devolver derechos de ciudadanía, sin dejar de cumplir con los objetivos de Bruselas. Por eso, la propuesta del gobierno socialista es vanguardista a nivel europeo en temas de fiscalidad. Parte del supuesto que el Estado debe ingresar más impuestos de las personas que más tienen, lo que supondrá un colchón de 5.600 millones de euros, que servirán, entre otras medidas, para incrementar el sueldo mínimo interprofesional a 900 euros, dignificando así la vida de los y las trabajadoras; actualizar las pensiones de nuestros mayores; invertir en el pacto de estado contra la violencia machista, revitalizar el sistema de atención a la dependencia e invertir de manera especial en la educación a lo largo de la vida, desde la pequeña infancia a la universidad.

Sin duda, en la Moncloa hay aire nuevo, un aire que permite volver a respirar a la clase media y trabajadora española. Les va a ser difícil a los partidos soberanistas poder justificar tanto a sus votantes como al resto de catalanes y catalanas, si finalmente no dan apoyo a unos presupuestos que palpitan derechos de ciudadanía.