El corazón de la Colònia Güell se deteriora día tras día. Gran parte de su recinto fabril, el único del continente que se conserva al completo y auténtica razón de ser del conjunto patrimonial, presenta un estado calamitoso y preocupante. Donde antes se producían terciopelos y panas, ahora reina el caos: naves con la techumbre esparcida por el suelo, cristales rotos y estructuras apuntaladas para evitar males mayores es el panorama que uno se encuentra al transitar por sus maltrechas calles. “Es un patrimonio que se deteriora a marchas forzadas y cada año costará más arreglar”, lamenta Manuel Barragán, propietario de una parte del recinto. De hecho, hasta la UNESCO ha dado un toque de atención sobre esta preocupante situación.
Auge y declive
La historia reciente de la fábrica de la Colònia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, es una mezcla de dejadez e intereses no siempre compartidos. Tras casi un siglo de actividad ininterrumpida, en 1973 baja la persiana y el recinto queda en desuso hasta principios de los 80, cuando la actividad económica retorna a sus naves a través de empresas y talleres que se instalan allí. Por aquel entonces llegaron a haber un centenar de empresas, pero el recinto no estaba preparado para convertirse en un hub: se carecía de instalaciones de electricidad y agua, mientras que las calles no estaban debidamente adecuadas. En este sentido, Barragán reivindica el papel de la asociación de propietarios que se constituyó entonces, la responsable, según explica, de muchas de las mejoras más urgentes del recinto.
Colònia Güell SA
Pasan los años y, recién estrenado el siglo XXI, en 2002 concretamente, una empresa se interesa por el recinto y decide comprar todo lo que se podía vender. Se trata de Colònia Güell SA -formada por varios fondos de inversión holandeses que controlan buena parte de su capital-, que adquiere el 62% del recinto y comienza a hacer gestiones para rehabilitarlo. La empresa tiene entonces la intención de crear el mayor parque empresarial de Cataluña, de 70.000 metros cuadrados y desarrollado por el prestigioso arquitecto Óscar Tusquets, destinado a Pymes del sector terciario del Baix Llobregat y el Barcelonès. Adecúa una parte de estos terrenos, pero en 2008 el plan urbanístico se frena y la responsabilidad queda en manos del Ayuntamiento de Santa Coloma de Cervelló al formarse una junta de cooperación con los propietarios.
Desde entonces este importante espacio patrimonial sigue a la espera de que alguien haga algo para poner fin a su alarmante y palpable deterioro. Sigue habiendo empresas instaladas, pero la situación es preocupante y requiere una intervención integral. Fuentes de Colònia Güell SA han explicado a El Llobregat que “siguen a la espera de que se defina un nuevo proyecto que reanude e impulse la actividad empresarial y económica del recinto”, aunque en su página web sigue ofreciendo a posibles clientes la posibilidad de instalar sus negocios en la colonia. Barragán, por su parte, lamenta el abandono del recinto y la inacción actual de la administración, en este caso el Ayuntamiento de Santa Coloma de Cervelló, la empresa y la junta de propietarios.
Centro de pruebas de Gaudí
Quien también muestra incredulidad ante la situación en la que se encuentra la fábrica de la Colònia Güell es Manuel Medarde, que recibe a El Llobregat en las oficinas de la Càtedra Antoni Gaudí de la Universitat de Barcelona que encabeza. Situada en el edificio de Filatures –uno de los que está mejor restaurado-, es un templo del genio modernista y un lugar por el que cada año pasan docenas de investigadores y estudiantes a documentarse sobre Gaudí en el lugar que el arquitecto usó como banco de pruebas para construir la Sagrada Familia. Y si no ahí está la Cripta Gaudí, a poca distancia del recinto fabril de la colonia, que así lo atestigua. “Nos conocen más en el extranjero que aquí”, dice Medarde resignado pero preciso.
Medarde, un auténtico pozo de sabiduría sobre la figura de Gaudí, explica la importancia de la huella del genio en la colonia y relata innumerables anécdotas sobre el mismo que darían para elaborar una novela. De hecho, participa en un documental que está grabando la NHK, la televisión pública nipona, sobre Gaudí, que se presentará próximamente en 8K, una auténtica innovación tecnológica, así como la técnica de la tricomía utilizada por el arquitecto catalán para enfatizar el color. “La perfección de los colores”, describe Medarde.
A tan solo unos metros de la mundialmente conocida Cripta Gaudí, los colores del recinto que le deba sentido a ella y a las casas de los obreros alrededor de la fábrica –el 60% de los trabajadores vivían en la misma colonia– se desvanecen. Preguntado sobre este tema, el alcalde accidental de Santa Coloma de Cervelló, Gerard Segú, lamenta que la junta de propietarios no haya sido capaz de desarrollar un proyecto para la colonia y achaca la situación de parálisis a los “conflictos entre propietarios”.
Un plan de mejora “inviable”
Unos conflictos que, según relata Segú, han comportado la apertura de una veintena de procesos judiciales y sentencias “contradictorias”. El alcalde accidental pone como ejemplo una querella criminal “muy dura” que presentó una empresa del recinto contra cargos electos y técnicos del Ayuntamiento, que fue archivada sin llegar a la instrucción, o una sentencia que ha anulado una reparcelación que llevaron a cabo por parte de los propietarios. Con todo, acciones que, a su juicio, dificultan impulsar ningún proyecto. “Cualquier movimiento que hacemos encuentra dificultades con los propietarios”, lamenta Segú, que afirma que el plan urbanístico planteado a principios de siglo era “inviable” por su coste.
Según ha podido saber El Llobregat, en la junta de propietarios hay diversidad de opiniones, a menudo contrapuestas y que generan un clima enrarecido sobre el qué y el cómo se debe sacar al recinto fabril de la Colònia Güell de la ruina en la que se va sumiendo poco a poco.
Sin embargo, la situación puede cambiar sustancialmente en los próximos meses, ya que desde hace un tiempo se trabaja con la Generalitat para buscar soluciones viables. Así lo ha confirmado a esta publicación Segú y otra fuente conocedora del tema, que se muestra “optimista” con la intervención del ejecutivo catalán. De momento se está llevando todo de manera muy discreta. Lo único que explican las partes es que la Colònia Güell ha de volver a ser un “espacio de referencia como lo fue en su día”, en palabras de Segú.
Un recinto que genere actividad económica, puestos de trabajo y que, a su vez, vea su patrimonio rehabilitado. Un patrimonio internacionalmente reconocido y que puede atraer un turismo de alto nivel que sigue la huella de Gaudí y del modernismo por toda Cataluña y que tiene en el Baix una joya a la que hay que sacar lustre. Pero, mientras tanto, y como dice el refranero castellano, “unos por los otros y la casa sin barrer”. Literalmente.
¿Cómo vivía la gente hace 100 años? |
La Colònia Güell viajó al pasado el fin de semana del 20 y 21 de octubre con la 18º edición de la Festa del Modernisme, una buena ocasión para descubrir cómo vivían los habitantes de esta colonia industrial gracias a las recreaciones que se llevaron a cabo a lo largo del fin de semana. Desde una boda modernista hasta escenas de la vida cotidiana de uno de los recintos patrimoniales más importantes del país. Durante los dos días tuvieron lugar actividades gastronómicas y de degustación, visitas teatralizadas a rincones del complejo y muestras de oficios antiguos recuperados para esta ocasión. |