Creado en 2007 por Quim Vila y Siscu Martí —socios y propietarios de la empresa sita en la calle Agullers del Born— la cata por parejas es una suerte de evento para aficionados, reconocidos sumilleres, restauradores, empresarios, viticultores, enólogos, bodegueros y gourmands de todo tipo. Gentes del buen beber que ensayan en catas privadas durante todo el año para jugársela en unas pocas horas catando a ciegas una selección (siempre caprichosa y cambiante) de vinos (algunos) de fama internacional. O no, porque a Vila le gusta jugar al despiste y a veces incluye algún fantasma de viñedo desconocido y referencias aún por contrastar.