Cartas desde Krypton
David Aliaga Muñoz | Lunes 08 de abril de 2019
Compré mis primeros cómics de DC en un quiosco que había en la Avenida Cataluña, en los Bloques de la Florida”, me explica Manu González.
Criado en L’Hospitalet, el que es uno de los especialistas en cultura pop más inquietos de nuestro país, comenzó su idilio con el noveno arte en uno de los escenarios con peor reputación de la ciudad. “Había otros quioscos que vendían comic-books de Marvel y DC, pero en el de los Bloques y otro que había enfrente del Cine Stadium, en Prat de la Riba, los tenían expuestos en los laterales acristalados”. Con algunos años de diferencia, yo también compré mis primeros cómics de La Patrulla-X en el mismo quiosco de Prat de la Riba en el que él descubrió Sandman, de Neil Gaiman. Quizá también sea el caso de quien esté leyendo esta entrega de mis Cartas desde Krypton.
Desde entonces, González ha escrito artículos sobre cómics para revistas con tanto tirón como Mondo Sonoro o Qué Leer, y un puñado de libros que abordan cuestiones tan fascinantes como la geografía de los universos de la fantasía literaria. Consumidor voraz de cultura contemporánea, capaz de moverse de lo mainstream a lo más underground, aquellos tebeos de Zinco comprados en quioscos de barrio han acabado con González publicando Cómics de los 80, un libro que se asienta sobre la tesis de que en la década de 1980 el medio dio un enorme salto de calidad que se produjo simultáneamente en Asia, Estados Unidos y Europa. En 250 páginas, repasa el centenar de obras que justifican esa afirmación.
Los ochenta es el momento en el que algunos guionistas ponen patas arriba el cómic de superhéroes publicando obras maestras del género como Watchmen (Alan Moore) o El regreso del caballero oscuro (Frank Miller), el favorito de González. “También es la época en que la escuela Mètal Hurlant de finales de los setenta se hizo popular; España vivió un boom de la revistas de cómics para adultos…”. De entre las obras nacionales que se publicaron en el periodo, el autor destaca Superlópez o Makoki, fuga en la Modelo. “En Japón se vivió también una revolución de ventas con mangas como Dragon Ball o Los caballeros del zodiaco”. En las páginas del libro, González nos explica también cómo Peter Laird y Kevin Eastman gestaron los primeros números de Las Tortugas Ninja o cómo Capitán Tsubasa espoleó la pasión por el fútbol en Japón, otros dos referentes ineludibles del relato de la cultura pop de nuestro tiempo.
Además de erigirse como un sólido canon del noveno arte y un homenaje a una generación de artistas brillantes, Cómics de los 80 no sólo invita a la nostalgia, sino que aporta curiosidades que el lector desconocerá sobre algunos de sus cómics favoritos. Y, por si fuese poco, nos ofrece la excusa perfecta para releer con una mirada adulta las obras que en la adolescencia nos convirtieron en los lectores que hoy somos.