Fernando Martín

La economía nacional

Fernando Martín | Viernes 03 de mayo de 2019
La última Encuesta de Población Activa recoge que en el primer trimestre de 2019, el desempleo creció en alrededor de 50.000 personas, el mayor aumento en un primer trimestre desde 2013, y el número de ocupados se redujo en más de 93.000.

Ese desfase se debe principalmente a que se ha reducido la población activa, la cifra de personas en edad y disposición de trabajar. A pesar de que dicho trimestre suele ser malo para el empleo, al acabar la campaña de navidad, en este caso los resultados han sido más negativos, al no incluir la Semana Santa. No obstante, el análisis de los datos en el balance anual es positivo, se han creado alrededor de 600.000 puestos de trabajo. No obstante, pese a esa creación de empleo, el paro sigue siendo muy elevado, y afecta a más de tres millones de personas. El gran problema es que durante estos estos años de crecimiento económico, nos hemos limitado a recuperar el empleo que se destruyó durante la crisis, pero ahora la economía empieza a frenar y se reducirá la creación de empleo.

Por otra parte, la Oficina Estadística de la Unión Europea ha rebajado el déficit público de España en 2018 al 2,5 %, porque considera que algunos gastos contabilizados en 2018 deben computarse este año. Asimismo, en estos años de crecimiento económico no se ha conseguido rebajar el déficit público por completo, ya que el pasado año la finalidad era reducirlo al 2,2 %, y no se ha conseguido, a pesar de haberse incrementado los ingresos fiscales. Si la economía sigue frenando, cada vez será más difícil cerrar la brecha del déficit.

En cuanto al déficit estructural, que es el que no depende de la coyuntura económica, España no ha conseguido reducir el mismo, por ello en los supuestos de desaceleración económica, o incluso de recesión, su incremento sería realmente preocupante.

Asimismo, según EUROSTAT el déficit de la Seguridad Social en España el año pasado fue superior a 17.000 millones de euros, que es el 1,4 % del PIB. Por tanto, la mayor parte del déficit público se debe a la Seguridad Social. El déficit del Estado fue inferior, (16.400 millones), el de las Comunidades Autónomas que tienen asignadas competencias tan fundamentales como sanidad y educación, fue inferior a 3.000 millones de euros, y finalmente los Ayuntamientos registraron superávit (6.300 millones). Ahora, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social está prácticamente agotado.

En cuanto a la deuda pública no ha dejado de aumentar. Por ello, el Estado debe pedir prestado cada año, para cubrir la diferencia entre los ingresos y los gastos. Ahora bien, como la deuda la medimos en relación al PIB, y la economía crece, y al mismo tiempo el déficit baja poco a poco, la deuda en relación al PIB también va descendiendo. Sin embargo, ha pasado del 98% del PIB en 2017, al 97 % el año pasado. En la situación actual, no tenemos problemas para financiarnos porque no hay problemas en los mercados y los tipos de interés están bajos, pero el cambio empeoraría drásticamente el pronóstico.

Finalmente, en referencia al déficit comercial, las exportaciones han crecido ligeramente pero las importaciones se han incrementado a un ritmo mucho mayor. En la etapa de crisis, la economía española se apoyó básicamente en las exportaciones, con la caída del consumo interno. Ahora, el contexto internacional no es tan favorable, nuestros socios comerciales europeos crecen cada vez menos, y a ello se suma el conflicto comercial entre EE.UU y China. Además, en épocas de recuperación económica en España, las importaciones suelen aumentar considerablemente, y a ello se suma otro problema importante como es la enorme dependencia energética de España, prácticamente tenemos que comprar todo el gas y el petróleo que consumimos, y la energía tiene un peso importante en las importaciones.

En definitiva, urge adoptar medidas en materia de política económica para modificar el modelo de crecimiento económico, reducir el paro estructural y mejorar los datos anteriormente indicados.