La cruda realidad: no valoramos lo que tenemos. Alrededor de 37 perros y gatos son abandonados cada día en Cataluña, unos cinco al día en el Baix Llobregat, más de 1.800 al año. Muchas campañas, como ‘Él nunca lo haría’, intentan concienciar a la población de que son seres que ayudan, tal como se ha explicado en este dossier de El Llobregat en el ámbito terapéutico, además de mejorar la calidad de vida de las personas. Pero sus utilidades no es lo más importante de esta situación: son seres vivos que sienten y padecen. Saben captar mejor que nadie las emociones, principio del que muchas veces carecemos.
Las estadísticas aportadas por los estudios de Fundación Affinity aseguran que tan solo el 43% de los perros y gatos que acaban en protectoras logran ser adoptados cada año. La mayoría de los animales se abandonan durante los meses de mayo y agosto, un 35% de los perros y un 44% de los gatos totales desahuciados al año. El dato es mayor en los felinos por ser época de cría, reproduciéndose en las casi de 60 colonias de gatos que existen en el Baix Llobregat y L’Hospitalet. El descontrol de estos clanes felinos resulta molesto para los vecinos, pero también para estos animales que luchas por la supervivencia, luchando entre ellos para muchas veces acabar mutilados: sin ojos, nariz o alguna extremidad.
Regalos de Navidad que acaban en la calle
La mayoría de las mascotas son regaladas para las fiestas navideñas; en muchos casos encuentran un lugar para toda la vida y en otros no son más que el simple impulso infantil de sus dueños. El entusiasmo por tener un nuevo miembro en la familia se desvanece durante los primeros meses del año para el 33% de los canes y el 24% de los felinos, siendo ese aumento durante los meses de verano mayor, motivados por las vacaciones en las que la mascota se convierte en un estorbo.
Quizás el descaro en el abandono tan solo sea del 9% de la población, que tiene la capacidad de llevar a una protectora a su gato o perro, aunque en este sentido sea “mejor” que dejarlos en la calle. El problema es el siguiente: tan solo el 25% lleva microchip. La mayoría de las veces no se puede localizar a sus dueños y, en el caso de poder contactar con ellos, no quieren que se les devuelva el animal. En este caso, se ponen en marcha fundaciones como Affinity y Purina, que adoptan a la mayoría de sus canes para terapias, protectoras y perreras o los payeses que recogen a los olvidados en el Parc Agrari.
Los payeses luchan contra el abandono |
Esto ha provocado que la recogida de canes haya disminuido, aunque Parés asegura que “cada vez se ven menos perros abandonados en los campos”. Al final, los payeses sabían de la utilidad que tenían y, actuando de protectoras, les daban una segunda vida enseñándoles a “ir por el campo”, función que aprendían muy rápido. |