Casi un siglo después de que se presentase a los lectores en el número 27 de la revista Detective Comics, el Hombre Murciélago ha trascendido las viñetas para convertirse en un icono de la cultura pop de los siglos XX y XXI. Es posible que uno no haya leído ninguna de sus aventuras gráficas, menos probable será que no haya visto alguna de sus películas, pero todo el mundo reconoce el logo del Caballero Oscuro.
Sant Boi, un epicentro del 80 aniversario
Esa silueta negra de murciélago que el pasado 21 de septiembre se proyectó sobre la cúpula del MNAC, al tiempo que lo hacía en edificios emblemáticos de otras ciudades como Berlín, Londres o Montreal. Uno de los diversos eventos que dieron forma al Batman Day, una celebración global del ochenta aniversario del personaje creado por Bob Kane y Bill Finger en 1939 y que en el Baix Llobregat tuvo como epicentro la librería Roymac (Sant Boi,) donde los lectores que acudieron a comprar sus tebeos pudieron conseguir el material promocional que ECC Ediciones ha diseñado con motivo de la efeméride. Una de las novedades más buscadas fue Batman: Caballero blanco de Sean Murphy, una de las mejores historias del Hombre Murciélago de la última década, pero también clásicos como La broma Asesina, de Alan Moore y Brian Bolland. A lo largo de ocho décadas Batman ha protagonizado algunas de las obras más memorables del noveno arte. Títulos como El regreso del caballero oscuro, de Frank Miller, han situado el personaje en el foco de creadores de distintos ámbitos, para los que los tebeos de Batman suponen una influencia notable. “Batman es el superhéroe que recorre mi vida”, explica Iván Humanes, escritor y guionista de cine de Cornellá, galardonado recientemente por un cortometraje, Krisis, de temática superheroica. Aunque como sucede con otras muchas personas, no es la versión de tinta y papel la que más ha marcado a Humanes, sino la cinematográfica: “Si soy racional, sopeso y valoro detalles, Miller originó el Batman que conocemos. Pero el de Burton es emocional. Nostálgico. Con su visión peculiar, sí; pero también con un efectismo gótico y oscuro muy particular”.
Afincado en Cornellá, el escritor Daniel Estorach también cita los cómics de Batman como una de las influencias de la saga que comenzó con la novela Hoy me ha pasado algo muy bestia: “Es inevitable no pensar en Batman cuando decides crear un superhéroe urbano”. Existen diferencias notables entre su Justiciero del Post-it y el Cruzado de la Capa, “aunque de parecerse a alguno, sería al de El retorno del caballero oscuro, no tanto por el personaje, sino por el uso que hace de los medios de comunicación, integrándolos en el cómic para hacer avanzar la historia”.
El mito contemporáneo de Batman
Otro guionista y director, en este caso el hospitalense Oriol Jara, cuyo nombre ha aparecido impreso en decenas de ocasiones en los créditos de Polònia (TV3), cuenta que atesora pocos recuerdos nítidos de su infancia, pero que el encuentro con Batman le causó “una impresión tan bestia” que no ha podido olvidar la lectura de aquel tebeo en el que el Hombre Murciélago se enfrentaba a Hulk. Se trataba de una colaboración entre DC y Marvel, en la que Len Wein narraba uno de aquellos combates del siglo que tanto gustaron a los lectores de la década de 1980. “Desde entonces me dejé fascinar sin límites por aquel personaje imposible vestido de gris y azul. Después llegaría la película y confirmó una relación que desde entonces ha sido fiel y perfecta”.
Humanes considera que, si estamos celebrando el ochenta aniversario del personaje, si ha trascendido es porque “el poder simbólico de los mitos hace que comprendamos las aristas de la verdad y Batman es un mito contemporáneo que nos muestra al hombre desnudo”. El superhéroe como espejo del lector, que puede medirse al tiempo que el Hombre Murciélago se psicoanaliza en Ego, de Darwin Cooke, o reflexiona sobre la naturaleza de la justicia que imparte en Batman: Caballero blanco. Y es que una de las singularidades del personaje es “el hecho de que carezca de superpoderes. Lo hace cercano, posible”. A lo que también contribuyen sus defectos, las aristas con las que convive y que, en ocasiones, trata de pulir. Como cada uno de los lectores que durante ochenta años nos hemos sentido fascinados por el héroe de Gotham. Indignados ante la injusticia y el crimen, a veces sedientos de venganza y a veces de hacer el bien en los términos más absolutos. De alguna forma, todos nos hemos leído a nosotros mismos bajo la máscara del Caballero Oscuro.