No habrá ninguna inauguración oficial. Y es que tres décadas procastinando no invitan, precisamente, a celebrar por todo lo alto la apertura de la esperada variante de Vallirana, que por fin verá la luz al final del túnel la semana que viene. Así lo ha previsto el Gobierno, que espera poder abrir este tramo de 1.400 metros de túnel y evitar así el trasiego de vehículos y camiones por el centro del pueblo. De hecho, dicho túnel será uno de los más modernos de la red de carreteras del Estado. En este sentido, el túnel cuenta con lector de placas de mercancías peligrosas -y saber así qué entra en el túnel-, detectores de temperatura, dispersores de humo en caso de incendio, sensores que detectan personas o alarmas para avisar si alguien va en contra dirección, entre otras innovaciones. Toda esta conjunción tecnológica se controlará desde un centro externo al túnel.
La apertura, que se hará efectiva previsiblemente el martes o el miércoles, se lleva a cabo tras la finalización de las pruebas de seguridad, tras haber conectado el lunes pasado la infraestructura a la red eléctrica. De esta manera, los vecinos y vecinas de Vallirana podrá decir adiós al trasiego diario de unos 4.000 vehículos por el centro de su municipio, que genera caravanas kilométricas.
El anuncio llega poco después que la Comisión de la Variante -formada por representantes de todos los partidos políticos del consistorio, entidades locales y ciudadanos a título individual- amenazara con llevar a cabo acciones de protesta si no se abría el vial antes del 15 de noviembre, entre las que había cortes de carretera los domingos.