La fundación Formació y Treball ha informado que durante los seis primeros meses del año la planta de reciclaje de textil de Sant Esteve Sesrovires recibió 6,5 millones de kilogramos de ropa, lo que supone un incremento del 63% con respecto al mismo período del año pasado, cuando la cifra no superó los cuatro millones. Destacan los datos de Cornellà, donde se recogieron de enero a junio un total de 46.670 kilogramos de textil, donados en los 12 contenedores instalados en la ciudad. Esto supone una media de 648 kilogramos de ropa recogida por contenedor.
Respecto al destino de la ropa reciclada, el 63% se prepara para la reutilización, mientras que del 33% se reaprovechan las fibras y material. El otro 4% va a parar a la cogeneración eléctrica y calorífica. La ropa llega no solo a través de los contenedores esparcidos por el territorio, sino que también de la mano de donaciones de empresas y centros educativos. Aprovechando que estamos en época de cambio de armario, desde la fundación hacen un llamamiento a no tirar la ropa y donarla, puesto que este gesto tiene beneficios sociales.
Por un lado, se reaprovecha tejido y se pone freno a la tendencia del fast fashion, que prioriza el uso corto de las prendas y el cambio de éstas por otras nuevas, lo que comporta un perjuicio al medio ambiente. Por otro lado, donar la ropa genera trabajo para personas en dificultades y ayuda a impulsar proyectos sociales. De hecho, el personal que se encarga de recoger la ropa de los contenedores y seleccionarla en la planta de Sant Esteve tienen un contrato de inserción, es decir, hombres y mujeres que estaban en situación de exclusión y que de esta manera han tenido una nueva oportunidad.
Además, desde la fundación se marcan como meta cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) referente al consumo y la producción responsable. En este sentido, en la planta del Baix trabajan mediante un proceso de tratamiento de la ropa que limita las emisiones de CO2 y de metros cúbicos de agua.