El protagonista principal es el perro Buck (creado digitalmente). Estamos ante una oda a la naturaleza, en la que algunos seres humanos no quedan muy bien parados, precisamente.
La película se compone de 3 segmentos muy diferenciados. En la primera parte Buck vive en su hábitat natural, donde nació y donde se siente cómodo, en la cálida California. En la segunda viaja, a su pesar, hasta la helada Alaska y acaba formando parte de un grupo de perros de un trineo, en la época de la fiebre del oro (en el siglo XIX), donde acabará siendo el líder del grupo y sabrá convertirse en líder. En ese segmento Omar Sy adquiere protagonismo. En el tercero y último encontrará su hogar definitivo, cuando viaja con Harrison Ford.
Y por lo tanto “La llamada de lo salvaje” nos cuenta la historia de Buck, un perro muy singular y bonachón que termina encontrando su lugar en el mundo, siendo totalmente libre.
El director Chris Sanders en su primera película ha conseguido un híbrido de acción real y animación, que emplea los efectos especiales y la tecnología actual para lograr que los animales de la película se conviertan en personajes totalmente aparentemente muy reales y capaces de transmitir sentimientos. A eso también ayuda el guión de Michael Green, siendo clave la voz en off.
La apuesta destila un mensaje positivo y gustará mucho al público infantil. Tiene algún momento excesivamente simple (y puede que algo cursi), pero el conjunto es sólido, funciona. Tiene varios momentos conmovedores.
La película que ha costado 109.000.000 $, será muy rentable.
José López Pérez
@JLPnosolocine