En Japón se da por hecho que la multinacional de la automoción abandonará España pero la dirección de la marca nipona asegura que el plan de reestructuración global todavía no está cerrado
Las noticias que llegan de Japón no son nada halagüeñas para los 3.300 empleados directos que Nissan tiene en sus plantas de Montcada i Reixac, Zona Franca y Sant Andreu de la Barca, ni tampoco lo son para los 25.000 trabajadores de las empresas que funcionan como proveedores de componentes y servicios para la multinacional. SI la compañía echa el cierre en España y se lleva la producción a la planta de Renault en Francia sería un descalabro de terribles dimensiones para la economía barcelonesa, con una grave afectación en el Baix Llobregat y L’Hospitalet, que acentuaría todavía más la grave crisis económica que se nos viene encima como consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Hace solo dos días, el 14 de mayo, el diario financiero Nikkei Shimbun (a quien se considera la voz oficial de Nissan) publicó una información que daba por hecho que la multinacional dirigida por Makoto Uchida iba a cerrar sus plantas de Barcelona, lo que podría provocar hasta 28.300 despidos.
Zancadilla de Colau
La tormenta que se desató en Cataluña tras este anuncio periodístico fue mayúscula, y más teniendo en cuenta que solo unos días ante la teniente de alcalde del ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz (Barcelona en Comú) había pedido que se aprovechara el parón productivo generado por el coronavirus para que las plantas de Seat y Nissan dejaran de fabricar sus “contaminantes” automóviles. Textualmente la número 2 de Colau amenazó: “Debemos evitar que se reactive el sector automovilístico".
El globo sonda lanzado desde Japón ha pillado con el pie cambiado a la jefa de Sanz, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y también a la administración autonómica catalana que lleva meses contemplando desde la distancia como arrecia la crisis en las plantas de Nissan sin mover un dedo. Colau ha salido a tapar el desaguisado de su lugarteniente e intentar salvar los muebles y se ha mostrado discretamente “reacia” a la clausura de la planta, mientras que la Generalitat -en su línea- ha dado la callada por respuesta y no ha hecho más que pedir “prudencia” hasta que la información sea oficial.
Los sindicatos seguirán luchando
Más contundente se ha mostrado la principal patronal catalana, Foment del Treball, quien ha reclamo al Gobierno de Pedro Sánchez que "salve" la factorías de la Zona Franca, Montcada y Sant Andreu de la Barca. Mientras tanto, los sindicatos han dejado claro que seguirán "luchando hasta el final" para que las plantas que llevan en huelga desde el día 4 de mayo, y la producción se queden en el área metropolitana y no se mude a Francia.
Mientras las administraciones reaccionaban con tibieza a la más que posible marcha de Nissan, los partidos de la oposición sí que salieron a la palestra para romper una lanza en favor de la continuidad de la empresa y, de paso, para disparar contra la disparatada petición de la teniente de alcalde de Colau.
El populismo no da de comer
Una de las primeras en posicionarse fue la portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Lorena Roldán, quien nada más conocerse la noticia publicada por Nikkei declaró “28.300 familias pendientes de la decisión, en plena pandemia, con una crisis económica de efectos devastadores; y el gobierno de Colau se permite el lujo de pedir que la industria automovilística no se reactive”. “El populismo no da de comer, Sra. Colau.”, ahondó Roldán.
Cuando el tsunami informativo estaba alcanzando proporciones angustiosas, la multinacional japonesa con sede en Yokohama se ha visto obligada a emitir un comunicado internacional en el que califica de mera "especulación" la información sobre el cierre de la fábrica de Barcelona publicada por Nikkei, lo que ha dado algo de esperanza a la plantilla de Nissan y a los trabajadores de las empresas auxiliares. No obstante, puede ser solo un paréntesis porque el próximo 28 de mayo, Nissan tiene previsto anunciar su plan de actuaciones a medio plazo junto con los resultados financieros del año fiscal 2019.
Desde la dirección de Nissan Motor Ibérica han intentado correr un tupido velo sobre las noticias que llegan de Japón y se han limitado a tildarlas de "especulaciones y rumores". Además, han hecho suyas las palabras del presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, quien ha asegurado a los sindicatos que el plan sobre la planta de Barcelona estaría listo antes del verano, sin mencionar nada sobre el cierre.
Adiós por el brexit
Sin embargo, la mayoría de expertos consideran que el desmentido oficial de Nissan solo es un parche y que el próximo 28 de mayo se hará público el doloroso cierre de factoría barcelonesa. Uno de los argumentos esgrimidos para vaticinar la fuga definitiva de Nissan es que los 50.000 vehículos que se producen en Barcelona acabarán fabricándose en plantas de Renault (socio estratégico de Nissan) en Europa, especialmente en Francia. Los vehículos “españoles” de Nissan cubrirán el hueco que dejarán los automóviles de Renault destinados al Reino Unido que hasta ahora se fabricaban en el continente y que van a empezar a montarse en la planta que la marca del rombo tiene en Sunderland (Inglaterra) para esquivar los posibles aranceles por el Brexit.