Opinió

Dos testarudos

Lluis M Estruch | Viernes 04 de septiembre de 2020
Juan Marsé murió con 87 años y su obra es imprescindible para entender la sociedad catalana, y seguirá siendo útil para relacionar la emigración y la progresía; en el peculiar compromiso social de los 70.

Eso sí, nada de caducos enfoques a lo Candel, sensibleros y cristiano-marxistas.
Hoy Candel es recordado por su eufemismo “altres catalans”, que tapó a nivel oficial, el popular y despectivo de “xarnego” referido a la emigración sureña de los años 60.
Marsé, fue un bebé intercambiado entre dos amigos del “Estat catalá”, y así Juan Faneca Roca devino en Juan Marsé Carbó, un niño que creció con la ignorancia de su origen, por años.
Marsé, habló en catalán pero escribió en castellano. Paulina Crusat le orientó y después un selecto grupo de ilustrados -Gil de Biedma, Barral, Goytisolos, etc.- lo encauzó, pasando de joyero a escritor profesional.
Marsé, muy reservado, recibió durante años cartas de un licenciado en historia, que le proponía escribir su biografía, propuesta ya rehusada a audaces proponentes de tesis y similares.
Sin embargo, accedió finalmente a que Josep Mª Cuenca, le grabará y le sometiera la biografía a su consideración; con las consiguientes dificultades en que dos enfoques honestos, el subjetivo y el objetivo, chocan. Aunque el resultado final es la biografía autorizada “Mientras llega la felicidad” (Alianza, 2015) que a Marsé complació.
El autor, estudió y vivió en Sant Boi donde creó una fugaz revista, después nos dejó. Muchos años después le reencontré y le propuse presentar su biografía en Sant Boi, con todas las gestiones locales desestimadas, nadie le llamó.
Otro caso similar a Kiko Amat un escritor de puro origen catalán, que escribe en castellano, idioma que como a Marsé, le permite mayor vuelo imaginativo.
La elección cuesta cara. Pero, ¿quién podrá con el Pijoaparte o con Teresa la progre?. Siguen bien vivos.
Marsé casado con una criada extremeña, tuvo “ligues con burguesas”. Una, fue la bella Helena Valentí, hija de un filólogo catalán: ella inspiró a Teresa.
El escritor obrero catalán, vinculado al PSUC -no funcionó-, Marsé no fue “compañero de viaje” y esto decepcionó a sus descubridores. La sutil venganza fue ejercida hasta su muerte -ninguneos, sin premios ni subvenciones-, y al final en frac, recibiendo un merecido Cervantes, con sus nietos -le llegaba así esa felicidad personal-, referida en el libro del santboyano Cuenca, “Porque se es de donde se cursa el bachiller” según Max Aub. Espero que la cultura local acoja a Cuenca Flores, tenaz biógrafo de Juan Faneca Roca, que devino Juan Marsé Carbó para siempre. III