Convertidos en mascotas, estos animales son abandonados en entornos naturales donde su presencia puede comportar alteraciones en el medio ambiente
Famosos como George Clooney o Paris Hilton han contribuido a que el cerdo vietnamita se popularice como animal de compañía. Muchas de las familias que acogen a uno en su casa lo abandonan cuando crece (este animal puede pesar hasta 80 kilos) y causa desperfectos en su vivienda. Esta práctica deleznable hace que se avisten ejemplares de esta especie en entornos naturales donde su presencia puede comprometer el medio ambiente.
El pasado domingo, una persona que paseaba por el río Llobregat avistó a cuatro cerdos vietnamitas a la altura del puente Nelson Mandela, el último paso elevado antes de la desembocadura, en El Prat. Eran una madre y tres crías que campaban a sus anchas, cerca de la orilla occidental. El lugar donde fueron avistados no se encuentra dentro de los espacios protegidos del delta, pero está cerca, a un kilómetro aproximadamente.
En declaraciones a EFE, el catedrático de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, José Alfonso Abecia, explica que se trata de una especie exótica, ajena al ecosistema español, pero su impacto no es, a priori, tan dañino como el de otros animales invasores. El principal problema que generan los cerdos vietnamitas en libertad es que pueden causar daños en la vegetación y el cultivo, así como su reproducción, incluso con ejemplares de jabalí.
Para evitar que el cerdo vietnamita prolifere en el conjunto de ecosistemas del territorio español, el Gobierno central ha decretado que, a partir de 2022, estará prohibido poseer, transportar, traficar o comerciar con ejemplares vivos de este animal. Por su parte, la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) ofrece su colaboración a las administraciones para dar con una solución que no implique el sacrificio de los ejemplares que viven en libertad.
La acción humana vuelve a estar detrás de la aparición y proliferación de especies exóticas invasoras en el ecosistema del delta del Llobregat. Antes fueron la tortuga de Florida y el cangrejo de río americano. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) las especies exóticas invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial, después de la destrucción de hábitats, de la que el hombre también es responsable.