Corbera

El covid-19 también se lleva por delante al pesebre viviente de Corbera

Marisa Montoya | Martes 27 de octubre de 2020

La organización del tradicional evento navideño ha decidido suspender la 59ª edición debido a que no puede garantizar la seguridad de los voluntarios ni de los visitantes.



Todavía no ha empezado la cuenta atrás hacia la Navidad y ya está claro que el coronavirus no dará tregua e intentará aguarnos las pascuas. La primera víctima navideña del covid-19 ha sido el pesebre viviente que se celebra anualmente y de forma ininterrumpida en Corbera de Llobregat desde1962.

La Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera ha decidido anular la 59ª edición en el actual contexto de pandemia sanitaria “para garantizar la seguridad de los más de 250 voluntarios que participan en el pesebre y de los visitantes”. Todo ello teniendo en cuenta las nuevas medidas sanitarias y restricciones de movilidad vigentes a día de hoy y las que se pudieran implantar en los próximos meses si la expansión del coronavirus sigue desbocada.

Desde hace casi 60 años, turistas, vecinos y cualquier persona que rondase por Corbera podía disfrutar del pesebre viviente, que con el tiempo se ha convertido en uno de los símbolos del municipio y en un gran atractivo turístico. Desfraciadamente, El covid-19 ha obligado a los organizadores a suspender la edición del 2020 y a dejar vacío el espacio de más de 14.000 m 2 de la Penya del Corb donde se recreaban el nacimiento de Jesús e incluso la llegada de los Reyes Magos.

Decisión difícil

David Esquirol, presidente de la Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera, ha reconocido que “no ha sido una decisión fácil”, aunque la anulación del evento es “lo mejor para todos”. Para contrarrestar esta mala noticia, desde la asociación activarán una campaña en redes sociales donde subirán vídeos e imágenes del pesebre viviente de años anteriores.

En el pesebre viviente de Corbera, los vecinos del municipio representan escenas navideñas típicas, como la anunciación del ángel a los pastores o el nacimiento del niño Jesús en un establo, y también escenas de oficios y tradiciones arraigados a la cultura catalana, como el Caga Tió.

Los beneficios, para 2021

Hasta el momento, en sus casi 60 años de vida, el pesebre viviente ha sido visitado por casi un millón de personas y con el dinero que se recaudaba cada año se organizaba el pesebre del año siguiente. Este año, los beneficios del evento del 2019 tendrán que guardarse hasta 2021 donde las ganas de voluntarios y visitantes de ver el pesebre volverán con más fuerza que nunca.