El Barça, l’Hospitalet y el Baix Llobregat es un triángulo de tres vértices. El Camp Nou está situado justo enfrente del comienzo del término municipal de l’Hospitalet y cada día de partido las bocas del Metro de Collblanc exhalaban aficionados y por eso se considera, junto a Les Corts, el barrio del Barça. En l’Hospitalet el club también posee unos terrenos conocidos como Can Rigalt, situados entre la Diagonal, desde el hotel Fairmont Barcelona Rey Juan Carlos I hasta el centro comercial Finestrelles de Esplugues, tocando a la Carretera de Collblanc. Y también en Sant Joan Despí el club tiene la Ciudad Deportiva Joan Gamper, con el estadio Johan Cruyff, donde juega desde el 29 de agosto de 2019 el Barça B y el primer equipo de las féminas.
Otra de las bazas que la candidatura de Toni Freixa ha barajado para situar su sede en Collblanc es la gran cantidad de socios que viven en l’Hospitalet y las poblaciones del Baix Llobregat, habitadas por 1,1 millones de catalanes. Buena parte de los 140.000 socios del club viven en nuestro territorio y también una parte sustancial de los 171.000 peñistas, a los que el candidato Toni Freixa les promete reservar un espacio en el Camp Nou a precio de abono para así utilizar las 22.000 entradas que de media no suelen ocuparse en los partidos oficiales. Según los cálculos de su candidatura, cada peña podría disponer de entradas para un mínimo de dos partidos cada temporada a precios muy reducidos, de forma que podrían organizarse expediciones para ir al Camp Nou cuando las condiciones sanitarias lo permitan.
El próximo 14 de enero el club validará los boletines de firmas de los candidatos a la presidencia, que deben conseguir un mínimo de 2.600, pero Toni Freixa aspira a alcanzar las 40.000 y ha anunciado esta semana que donará un kilo de alimentos a Cruz Roja por cada socio que le apoye para atender las necesidades de los más desfavorecidos.
Sobre Can Rigalt, una operación urbanística que cerró Joan Laporta con La Llave de Oro cuando era presidente, el negocio no ha salido como se esperaba, primero debido a la crisis financiera de 2008 y el estallido de la burbuja inmobiliaria, y luego porque el club se comprometió a financiar la mitad de la estación transformadora de la compañía eléctrica Endesa. El candidato Toni Freixa propone negociar con el Ayuntamiento de l’Hospitalet para que obtenga esos terrenos y los convierta en un barrio Barça en el que también esté el hospital que sustituya el de la Cruz Roja de Pubilla Casas.
El lío de Can Rigalt
El futuro de los terrenos de Can Rigalt, tarde o temprano, el club tendrá que afrontar porque tiene la responsabilidad de la ejecución de la urbanización y desarrollo de la MPGM, donde confluyen los intereses de tres grandes corporaciones: Endesa, el Ayuntamiento de L'Hospitalet y el mismo club azulgrana unidos por un convenio que hizo posible la recalificación de Can Rigalt como zona residencial acompañada de equipamientos, como el nuevo Hospital y una nueva central eléctrica. Las circunstancias en que se acordó la iniciativa, en el verano de 2005, son absolutamente diferentes de la coyuntura actual, como también lo son los intereses y objetivos de un proyecto tan ambicioso y tan complejo de desarrollar. Para el Barça, por la gestión de la directiva de Joan Laporta, los terrenos y las obligaciones generadas se han convertido en una losa y en la necesidad de buscar una solución que, inevitablemente, pasa por iniciar conversaciones a tres bandas que Toni Freixa ya prevé promover prioritariamente si obtiene la presidencia.
El Barça B…aix con más aficionados
En cuanto a la potenciación de la Ciutat Esportiva Joan Gamper y el estadio Johan Cruyff con el Barça B y las féminas como uno de los equipos que concentren más aficionados en la comarca del Baix Llobregat, Freixa tiene un programa de animación protagonizado por los jóvenes para lograr que las gradas de Sant Joan Despí también se llenen de público, en su mayoría procedente de Sant Joan Despí y de las poblaciones de la comarca. No hay que olvidar que los próximos Messi, Iniesta, Puyol, Busquets o Piqué vivirán y crecerán en el corazón del Baix Llobregat, donde se encuentra la más reconocida y admirada universidad del fútbol de la historia del fútbol, el Centre de Formació Oriol Tort, popularmente conocida como la Masia. La relación de esta singular y exclusiva escuela de cracks y del propio Barça con su entorno geosocial serán objeto de análisis y de rectificación y de un cambio de estrategia con la nueva junta si está presidida por Toni Freixa.
Abierto gratuitamente a todos socios del FC Barcelona, apenas un millar de ellos y otro millar de acompañantes o espectadores ocasionales han constituido el núcleo de la afición fija del Barça B cuando estaba en el Ministadi. De media, unos 5.000 menos de la cifra de espectadores que seguían en sus tiempos al Barcelona At., antigua denominación del filial barcelonista, en el campo del Fabra i Coats al otro lado de Barcelona, donde se había desarrollado un fenómeno de identificación local, es decir de los aficionados del fútbol de los barrios del entorno. Intentando emular aquella afición, en la candidatura de Freixa acarician la idea de cambiar la política de incomunicación del club con su entorno más inmediato y de proximidad, para que el Barça B y el primer equipo femenino cuente con una afición en el Baix Llobregat, comarca repleta de peñas barcelonistas que verían con muy buenos ojos esta nueva orientación más cercana.