La democracia hay que defenderla día a día. Somos una de las 20 democracias consolidadas en el mundo y hemos visto como la de los EE.UU ha estado en riesgo por el populismo. Un populismo reaccionario, de todo signo, que nos ataca con tres armas.
La primera es la mentira, utilizando información falsa para crear un relato que genere unos estados de opinión y manipulación de la ciudadanía. Mentira y manipulación para una participación poco ética y democrática.
La segunda herramienta del populismo reaccionario es la polarización entre buenos y malos y el impulso de la cultura del odio. Todo es blanco o negro y se debe odiar al que piensa diferente. Todos los problemas que uno tiene son por culpa de los que piensan diferente, que son la verdadera lacra de la sociedad, alentando el odio hacia ellos.
La tercera estrategia es desacreditar a las instituciones democráticas y políticas con agresiones directas para conseguir su objetivo final, una sociedad del más fuerte, sin ningún tipo de control, donde el Estado no tiene ningún papel. El populismo tiene como estrategia cargar contra la política y las instituciones para obtener el control de la sociedad al margen de los valores democráticos. Lo hemos visto en EE.UU con mentiras, polarización de la sociedad y la agresión al Capitolio.
Tengámoslo presente porque la democracia hay que defenderla día a día cortando de raíz las estrategia e instrumentos que utiliza el populismo. El 14 de febrero tenemos que votar para defender la democracia, buscar la inclusión de todos y todas, acercar posiciones y trabajar la convivencia y prestigiar las instituciones como garantía de un estado moderno y democrático.