Castelldefels se mantiene firme en su petición de que las escuelas públicas de la ciudad tengan un máximo de 22 escolares por aula a pesar de que los servicios territoriales del Baix Llobregat de la Conselleria d’Educació persisten en mantener la proporción de 25 alumnos por clase. Sin embargo, el propio conseller d’Educació, Josep Bargalló defendió hace solo unos días la idoneidad de la ratio de 22 alumnos para las aulas de P3 para el próximo curso escolar, vista la disminución de matrícula y así evitar el cierre de grupos.
La alcaldesa de Castelldefels, Maria Miranda (PSC), ha sido la primera en salir en defensa de la reducción de las aulas. “Hemos recibido un mandado claro con el Acuerdo de Ciudad para la reactivación económica y social: la reducción de la segregación escolar es imprescindible para que haya una distribución equitativa del alumnado”. De esta forma las aulas de solo 22 alumnos son claves “para lograr este hito en materia educativa” ha declarado Miranda.
Por otro lado, Jordi Maresma, el primer teniente de alcalde y concejal de Educación de Castelldefels ha señalado que “como gobierno municipal, estamos comprometidos las políticas educativas y culturales, que son los pilares de la igualdad de oportunidades, y una pieza clave de un proyecto de ciudad educadora”. En Castelldefels, viven personas de un centenar de nacionalidades diferentes, y se sigue manteniendo un índice de matriculación muy elevado.
Compromiso adquirido
Desde el consejo municipal de Castelldefels se ha reafirmado el compromiso adquirido con la conselleria para seguir trabajando en el proyecto de ciudad educadora, a través de todas esas iniciativas dirigidas a conseguir una mejora de la gestión educativa y a favorecer la equidad, como se está haciendo en el Garraf y en Reus, por ejemplo.