Estas nuevas prácticas hablan de la madurez democrática de una sociedad que antepone el interés general y la necesidad de minimizar los impactos sobre el entorno natural por encima de la variable del beneficio económico.
El proyecto de ampliación de la tercera pista del aeropuerto de Barcelona constituye un excelente campo de pruebas para buscar y propiciar consensos al servicio de ese interés general. Por un lado, parece evidente que por su ubicación geoestratégica respecto a Barcelona y a infraestructuras como el puerto y el aeropuerto, se deben priorizar aquellas inversiones que permitan que nuestra comarca y el conjunto del Área Metropolitana de Barcelona continúen siendo polos de atracción económica.
Al mismo tiempo, ese desarrollo económico y esa generación de riqueza deben ser inclusivos y sostenibles. Inclusivos para no dejar a nadie atrás y garantizar la igualdad de oportunidades, y sostenible porque resulta también prioritario e imprescindible proteger nuestro entorno natural para luchar contra el cambio climático, valorando su diversidad y su contribución al bienestar de todos y todas.
Es deseable, por tanto, que en los debates y trabajos en torno a la ampliación de la tercera pista del aeropuerto se avance hacia una concertación territorial que haga viable un acuerdo basado en ese necesario equilibrio territorial, económico y medioambiental. III