Se trataba de una escena correspondiente a la última serie del Universo Marvel, Falcon y el Soldado de Invierno, en el que el actor barcelonés interpreta al malvado barón Helmut Zemo. Más allá del meme, el villano es uno de los antagonistas más carismáticos de los cómics de Capitán América, una de las mentes que en más ocasiones ha puesto en jaque a Los Vengadores, y también el protagonista de uno de esos tebeos que pasan inadvertidos a los lectores ocasionales, y que sin embargo se encuentra entre las mejores obras que se publicaron con el sello de Marvel en la portada en la última década del siglo XX: Thunderbolts.
Helmut Zemo es un personaje apenas esbozado por Stan Lee y Jack Kirby en los albores de Marvel, aunque sería más preciso (y justo) reconocer su creación a Roy Thomas, Tony Isabella y Sal Buscema quienes, el número #168 de Capitán América (1973), tomaron ese nombre para moldear al villano que estos días ha inundado nuestros timelines.
La historia que le granjeó un lugar de privilegio en las estanterías de los lectores del género superheroico fue Los Vengadores: Asalto a la mansión (1986), en la que reclutaba a un elenco de villanos a cada cuál más pérfido con el objetivo de eliminar a Los Héroes Más Poderosos de La Tierra. En la narración escrita por Roger Stern e ilustrada por John Buscema, Zemo ya dejaba atisbar la capacidad estratégica y el instinto maquiavélico que lo harían célebre, y que en aquel arco argumental ponía en serios aprietos a La Avispa, Hércules…
Sin embargo, al margen de sus constantes intentos por acabar con el Capitán América y sus amigos, sería una historia rompedora y desafiante, ideada por Kurt Busiek, la que le granjeó al detestable Zemo un lugar en el corazón de los amantes del noveno arte. En los noventa, cuando los cómics de Marvel navegaban a la deriva en un mar de argumentos absurdos y héroes hipertrofiados y equipados con faltriqueras que nadie sabía muy bien para que servían, Busiek se inventó un relato maravilloso en torno al Barón Zemo. Con los héroes desaparecidos tras un enfrentamiento terrible contra el villano conocido como Onslaught, el criminal de la máscara morada volvía a reunir a sus Amos del Mal y, disfrazados, se esforzaría en presentarlos como los nuevos superhéroes de la ciudad de Nueva York. Con una máscara nueva y la bandera de Estados Unidos a modo de capa, Zemo se iba a esforzar en ocupar el vacío dejado por el Capitán América, en ganarse el cariño de los ciudadanos, la confianza de las autoridades… con el nada honorable propósito de asestar su golpe definitivo. A partir de esa premisa, primero Kurt Busiek y más adelante Fabian Nicieza construirían una de las cabeceras míticas de Marvel en la que ese Zemo del que todo el mundo habla estos días brillaría como nunca.
Los Vengadores: Asalto a la mansión y Thunderbolts: La justicia, como el rayo son dos historias ideales para tomar la medida del villano de moda. Y, si alguien quiere profundizar, podría continuar con sagas como El juicio al Capitán América de Ed Brubaker, o el breve y entretenido Zemo: Nacido mejor de Nicieza. III