En una sociedad como la actual en la que priman lo joven, lo banal y lo instantáneo, las personas mayores han perdido el peso específico y la relevancia social que históricamente mantenían como puntales de la memoria, el conocimiento, la experiencia y la propia cultura. El obligado respeto a los mayores ha dado paso en muchos casos a la soledad, la vulnerabilidad, los maltratos y el olvido, lo que ha encendido todas las luces de alarma. Con el cambio demográfico que se nos viene encima, las administraciones públicas con competencias en el Baix Llobregat y L’Hospitalet -desde los ayuntamientos a la Generalitat de Catalunya, pasando por la Diputación de Barcelona- se están poniendo las pilas para dar un vuelco a la situación diseñando programas específicos y aplicando nuevas políticas socio-sanitarias.
La sociedad envejece y, de forma abrumadora, muchos de los más veteranos lo hacen sin compañía. Según estimaciones del Institut Català d’Estadística, en solo 15 años se duplicará el número de ancianos que viven solos. Llenar ese vacío es uno de los principales retos a los que deberá hacerse frente, junto a otro handicap igual de mayúsculo: garantizar que se presten los cuidados que requieren y merecen las personas de más edad para que disfruten de la mejor manera posible sus últimos años de vida. “Lo estamos haciendo muy mal como sociedad cuando no queremos ni ver el drama que sufre la gente mayor, íntimamente relacionado con el sentimiento de soledad”, explica Daniel Salvador, director de Avismón.
Las entidades sociales especializadas en la atención y el cuidado a la gente mayor (como Avismón) vienen alertando hace tiempo de “la invisibilidad” de buena parte de la población de más edad y de que ese aislamiento comporta “graves problemas y riesgos físicos” para quienes lo sufren. Los síntomas comienzan con el dramático latigazo de la soledad y se complican “con la tristeza, la depresión, las extorsiones económicas, el maltrato incluso sexual e incluso el suicidio”, como han confirmado a El Llobregat fuentes del Tercer Sector.
Hasta el Govern es consciente de la magnitud de las carencias que ya acarrea el envejecimiento poblacional. Nada más tomar posesión del cargo, el conseller de Salut, Josep Maria Argimon, ya anunció que la atención a las personas mayores será “uno de los doce los principales objetivos y actuaciones” de su conselleria. Argimon defiende que es necesario “un replanteamiento de la atención y el cuidado a las personas mayores o con dependencia” y eso pasa inexorablemente “por integrar los recursos de atención sanitaria y atención social, una situación todavía no resuelta”, reconoce el conseller.
Los cambios en las políticas gerontológicas que pretende impulsar el Govern se van a cimentar en la creación de la Agencia Integrada Social y Sanitaria de atención a las personas, de la que van a formar parte activa las consellerias de Drets Socials y Salut, con la participación del mundo local y de los centros residenciales. El objetivo común es lograr “una atención sanitaria y fármaco-terapéutica integrada” para todas las personas mayores, tanta las que viven en sus propios domicilios, con familiares o en centros residenciales.
Los objetivos a corto plazo en este campo son “reforzar la atención tanto en el entorno domiciliario y residencial como en el comunitario”, afirma Argimon. A la vez, se van perfeccionar los sistemas de información, “avanzando hacia un modelo de historia clínica compartida social y sanitaria”, subraya el titular de Salut.
| “Prou maltractaments a la Gent Gran del territori!” |